SÍ TLAXCALA TIENE A TENANCINGO; OAXACA PRESUME A SAN BLAS ATEMPA

Adriana Tenorio García


Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Tenancingo Tlaxcala es la capital de la explotación sexual, y de los padrotes reconocidos a nivel internacional, es una comunidad en donde el 70 por ciento de los hombres son proxenetas y misóginos. Sin embargo Oaxaca no se queda atrás. En el Istmo de Tehuantepec existe una comunidad zapoteca llamada San Blas Atempa, en donde la idiosincrasia del hombre avalado por costumbre, es la de explotar a las mujeres, usando el machismo para avasallar y manipular a la mujer, violentando los derechos de las féminas, para agredirlas; a través de la violencia física, psicológica y sexual.

Mientras que en Tenancingo, Tlaxcala, los supuestos hombres enganchan a las jóvenes para venderlas al mejor postor, exportando a las mujeres a diversos países, por medio de traficantes de personas o trata de blancas, colocandolas en casas de cita, cobrando comisión por los servicios y el trabajo sexual que ellas realizan.

En la comunidad indígena de San Blas Atempa, la mujer es usada por los machos alfa, para explotarla económicamente, beneficiándose del trabajo que ellas realizan. 

Prácticamente la mayoría de "los hombres" de San Blas Atempa, utilizan a la mujer para que los mantengan, sin que ellos se preocupen por llevar a sus hogares lo indispensable. 

La violencia de género es marcada, usan el patriarcado y la mujer que pretende insubordinarse es golpeada y amenazada, llegando a sufrir serios problemas emocionales, pero nunca deben quejarse ya que es el uso y la costumbre la que permite que el blaseño, viva a expensas de la mujer; coma, se vista y calce entre otros lujos, del producto del trabajo de la esposa, concubina o pareja.

Un gran número de mujeres han muerto tratando de emanciparse del yugo del macho, que a pesar de ser tan macho, golpea a la mujer, la amenaza y vive sin ningún remordimiento de explotarla.

Para Martina originaria de ese lugar, la vida para la mujer en San Blas Atempa es un martirio y una frustración, la ignorancia del hombre raya en lo inaudito, debido a que en pleno siglo XXI, con avances tecnológicos y a punto de llegar a Marte, el macho blaseño, sigue golpeando e incluso asesinando mujeres amparándose en sus usos y costumbres milenarios, tal modo, que en ocasiones la mujer tiene que nacer, vivir y morir en la sumisión.

Martina de quien omitiremos sus apellidos, ha vivido la desgracia como ella lo califica, de haber nacido mujer en un pueblo de misoginos, que agreden física y mentalmente a la mujer por el hecho de ser mujer.

Desde pequeñas las mujeres en San Blas Atempa las acostumbran a trabajar, mientras que el hombre existe para beneficiarse del trabajo de ellas. Es una forma de vivir de la mujer.

En la región del Istmo, San Blas Atempa, sería el único pueblo indígena zapoteca donde se acostumbra este tipo de práctica a decir de la entrevistada. El hombre según las reglas, tiene que ser atendido por la mujer de su casa, no aportar para la comida y el sustento, pero si llegar a exigir e incluso golpear a la mujer cuando no encuentra de comer en la mesa.

El supuesto hombre de San Blas Atempa se acostumbra a enviar a las mujeres a trabajar, vendiendo productos de la región, bordando trajes regionales o cualquier labor que le reditúe liquidez, al final el misógino sera el único beneficiado.

Usan a la mujer para beneficio económico, mientras que el macho alfa por costumbre es quien dicta el presente y futuro de las mujeres.

Martina lamenta que programas contra la violencia de genero no se aplique en comunidades como está, plagada de indígenas abusivos, machistas y misóginos.

Las autoridades no hacen nada al respecto y la costumbre derrota a la ley.

Se llega al grado de salir de esa comunidad para no seguir siendo explotada golpeada y agredida emocionalmente por este tipo de "hombres", puntualiza.

Sí Tlaxcala tiene a Tenancingo; Oaxaca presume a San Blas Atempa.

   



       
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