EL VATICANO AYER APOYÓ A HITLER; HOY BENDICE A FELIPE CALDERÓN

Juan José Díaz Bermúdez

Benedicto XVI, siendo joven, ya como sacerdote, realizando el saludo nazi (Fotografía tomada de Internet)

Oaxaca, México ( Punto y Aparte).- Joseph Ratzinger también conocido como Benedicto XVI, papa de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, quién por cierto visita nuestro país, fue un activo miembro de las juventudes nazis, para posteriormente ser soldado al servicio de Adolfo Hitler. El mismo lo reconoce en su libro titulado “mi vida”, en el cual detalla a manera de disculpa haber sido víctima de las circunstancias y los hechos históricos. Sin embargo, ¿esto exculpa al sacerdote Ratzinger, de su participación en la cruzada de horror y muerte, que los arios llevaron a cabo en contra de pueblos enteros, a quienes los nazis consideraban sangre corrupta?


El Vaticano inició una respuesta a la ola de críticas que a nivel mundial grupos y organizaciones que padecieron la persecución y muerte por parte del nazismo, iniciaron en contra del que se considera “El Vicario de Cristo”. Señalado de haber sido un soldado de las SS, la elite de lo que se consideraban la fuerza más sanguinaria de la historia de la segunda guerra mundial, Ratzinger no tuvo más remedio que aceptar su responsabilidad como miembro de las juventudes hitlerianas y más tarde, ante la motivación que esto le causó, enrolarse en el ejército al servicio de Adolfo Hiler.


En una parte de su libro “Mi Vida”, Benedicto XVI, considerado por los fanáticos religiosos como un vice Dios o vice Cristo, acepta haber sido parte del terror que azotó Europa durante la segunda guerra mundial.


Este es parte del texto que Ratzinger escribió y en el cual acepta haber estado en el ejército Alemán en una unidad de las SS: “En 1944, llegado al límite de edad para el servicio militar, fue llamado a éste. El 20 de septiembre fue trasladado a los confines entre Austria, Hungría y Checoslovaquia: “Aquellas semanas de servicio laboral se han quedado en mi memoria como un recuerdo oprimente […] una noche fuimos levantados de la cama y reunidos, todavía medio dormidos. Un oficial de la SS nos llamó uno por uno fuera de la fila y trató de inducirnos al enrolamiento “voluntario” en el cuerpo de la SS explotando nuestro cansancio y la posición de cada uno delante de todo el grupo reunido. Muchos fueron enrolados de este modo en ese cuerpo criminal. Junto a algunos otros yo tuve la fortuna de poder decir que tenía la intención de hacerme sacerdote católico. Venimos cubiertos de burlas y de insultos y devueltos dentro, pero esta humillación nos había agradado mucho desde el momento que nos liberamos de la amenaza de ese enrolamiento falsamente “voluntario” y de todas las consecuencias”.


¿Quién miente? El grupo de élite de las SS no aceptaba jamás un no. No cualquiera podía participar en ellas, tenían que ser jóvenes perfectamente concientizados, con una voluntad férrea de cumplir con las órdenes de Adolfo Hitler y sus Generales. El pontífice de la Iglesia Católica, reseña en su libro un a historia que no pudo haber sucedido, ya que si el acepta que fue escogido por un oficial de la SS, es que en verdad, tenía la vocación, la capacidad y el deseo de formar de las fuerza más sanguinaria que actuará asesinando judíos, gitanos, y a todos aquellos que eran considerados sangre corrupta.


Benedicto XVI, miembro de las juventudes hitlerianas ( Fotografía tomada de la Internet)

Queda la sospecha, ¿fue o no Ratzinger de la SS? Le daremos el beneficio de la duda, sin embargo hay que aceptar, que sí, fue soldado Alemán y convencido nazi, y que sirvió tal como lo reseña en su libro, asignado a la fuerza Contra Aviones en Múnich. Siendo seminarista de la generación 1926- 1927, destaca que fue enrolado como leva, es decir al parecer en contra de su voluntad, situación que se hace imposible de creer, ya que Ratzinger debería de recordar que fue miembro de las juventudes hitlerianas, inmisericordes promotores del odio racial. Jóvenes que dieron su vida por el engrandecimiento del nazismo, por lo tanto se hace imposible aceptar que el actual Vicario de Cristo, haya dudado en enrolarse y participar como un soldado, cuando tenía antecedentes de odio y rencor en contra de judíos y gitanos.


El Jefe del Estado Vaticano, continúa evidenciando su verdad cuando dice: el periodo transcurrido causó situaciones embarazosas, sobre todo para los individuos tan poco inclinados a la vida militar como yo. Aquí yo estuve asignado a los servicios telefónicos y el suboficial al que estábamos subordinados defendió con firmeza la autonomía de nuestro grupo. Estábamos dispensados de todos los ejercicios militares y ninguno osaba inmiscuirse en nuestro pequeño mundo […] más allá de mis horas de servicio, podía hacer todo aquello que quería y dedicarme sin graves obstáculos a mis intereses. Además de todo, sorprendentemente, estaban ahí un conspicuo grupo de convencidos católicos que llegaron a organizar clases de religión y a obtener el permiso de frecuentar ocasionalmente la iglesia”.


¿Quién podría creer algo así? El ejército Alemán estaba en guerra en contra de varias naciones, o sea, que no se iba a un día de campo, ni a divertirse, mucho menos a poner condiciones para el desempeño dentro de la organización militar. ¿Porqué mentir?, ¿Qué esconde Ratzinger? No es posible que los seminaristas hayan sido excluidos de las labores militares, cuando fueron enrolados como parte de un ejército y que como el nazi, cumplía objetivos crueles y despiadados como era el asesinar a niños, mujeres, jóvenes y ancianos.


Lo grave está que Ratzinger pone en tela de duda la labor de la Iglesia Católica al interior del Ejército Alemán y las SS, ya que cita el mismo, que había un grupo de “convencidos católicos que llegaron a organizar clases de religión y a obtener el permiso de frecuentar ocasionalmente la iglesia”. Imaginamos que estos católicos, así como existían en el frente en el que Benedicto se encontraba, estaban en todo el ejército Alemán en todos los frentes militares. Si estaban, participaban y eran los que dispensaban las actividades militares para los jóvenes; ¿por qué jamás detuvieron el Holocausto? Porque los jerarcas de la Iglesia Católica, ¿jamás levantaron un solo dedo para detener la masacre de seres humanos por parte de las fuerzas nazis? De donde era participe el actual Vicario de Cristo por cierto.


Supondríamos que por personas como el actual papa católico, los altos jerarcas incluso el sucesor de San Pedro, habrían sabido de lo que pasaba en los campos de exterminio ya que no hay que olvidar que Ratzinger era seminarista. Habrían sabido lo que sucedía en los frentes donde se asesinaba a todo aquel que era contrario a la ideología de Adolfo Hitler, por lo que es preciso preguntar ¿Que papel jugó entonces Ratzinger? Es claro que fue un presunto cómplice, ya que jamás acepta en su libro titulado “mi vida”, poco faltó para que lo titulara “mi lucha”, que hubiera denunciado siquiera con sus padres o sus superiores inmediatos, los métodos de exterminio de los despiadados nazis, mucho menos los campos de concentración, o el uso de gases asfixiantes, las torturas contra hombres y mujeres, los métodos de matar de hambre a niños. Ratzinger o Benedicto XVI, con su actitud, disculpa al ejército nazi y destaca que en su guerra, había convencidos católicos que incluso rezaban antes de asesinar niños judíos, no dudamos que lo hubieran hecho, incluso que hayan bendecido a Hitler. Es un presunto coautor, de lo vivieron millones de seres que murieron a manos de los nazis. En todo su libro no encuentro una sola cita de disculpa o perdón, por haber participado del ejército que estaba a disposición del esquizofrénico Adolfo Hitler. Un ejército que como el nazi mató a seres indefensos por el simple hecho de ser judíos, gitanos, negros, morenos o gente con capacidades diferentes. La complicidad de Ratzinger no tiene limite, fue participe en un ejército que como el nazi, criminalizó a la humanidad.


Hoy después de haber presuntamente cooperado en los crímenes del ejército nazi, en el que participó según aceptó el jerarca de la iglesia católica en su libro, viene a bendecir a ilusionados incautos, que siguen a una institución que como la católica, formada en la mentira y el desprecio a los derechos humanos, insiste en manejar una política de apoyo a regímenes de ultraderecha, neo nazis que como el del Partido Acción Nacional en México insiste en dar carpetazo al Estado laico.

                            Joseph Ratzinger o Benedicto XVI( Fotografía tomada de Internet)

Benedicto XVI no olvida su lucha, no olvida sus tiempos de soldado nazi. Hoy acude a México para regodearse en la sangre de miles de mexicanos que han sido asesinados y han muerto en la estúpida lucha de Felipe Calderón.


El representante de Dios en la tierra como lo marcan sus cánones, respalda con su visita a un régimen que como el panista está bañado en sangre, se encuentra marcado por las miles y miles de historias trágicas. La Iglesia Católica se hace cómplice como ayer de la historia. Ayer respaldó al asesino Adolfo Hitler; hoy bendice a Felipe Calderón y su historia ensangrentada. Hay quienes seguirán creyendo en una iglesia que como la católica, bendice a los represores del pueblo. Que curioso, “como ha de estar el infierno de caliente que hasta los diablos se quieren salir”


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