El EPR EN LA EXPECTATIVA HISTÓRICA DE DESAPARECER O SEGUIR EXISTIENDO

Juan José Díaz Bermúdez/Análisis




Oaxaca, México (Punto y Aparte).- El dos mil seis en Oaxaca, fue un parte aguas para diferentes grupos guerrilleros en México, por lo menos para quienes participaron en la revuelta popular-magisterial, la cual según estimaciones, sirvió de escaparate para grupos clandestinos, pero al mismo tiempo, como filtro para ubicar e infiltrar a quienes habían sido organizaciones herméticas.


El movimiento que se creyó había nacido de los lumpen, sirvió para grupos de inteligencia militar y policíaca, como caldo de cultivo, que permitiera el seguimiento y clasificación de los combatientes de todos y cada uno de las células guerrilleras. Vemos entonces que en el 2007 tras participar en las diferentes acciones que la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), realizó en el 2006, son detenidos y desaparecidos los mandos del Ejército Popular Revolucionario ( EPR), Edmundo Reyes Amaya comandante de la zona Oaxaca y el segundo al mando general, Gabriel Alberto Cruz Sánchez, hermano de Tiburcio Cruz Sánchez comandante general del EPR.


Dos detenciones importantes que sin embargo deriva- presuntamente por inexperiencia del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz- en dos ejecuciones extra judiciales, tras interrogatorios extremos, ocasionando la presunta muerte de los dos detenidos. Desgraciadamente los testigos que operaron la detención y los cuestionamientos a los guerrilleros han sido asesinados cronológicamente, como si se quisiera borrar evidencias.


La desaparición de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, mandos al interior de la organización guerrillera, si comparamos con el grado de General Brigadier el primero y Coronel el segundo, fue un duro golpe al EPR, lo que motivó una ruptura entre las diferentes células y la re invención de todas las rutas de escape, casas de seguridad, agentes infiltrados en organizaciones sindicales, obreras, universidades, incluso en el propio gobierno municipal, estatal y federal, el ejército federal, marina armada y corporaciones policíacas.


Es decir; la desaparición de los dos mandos guerrilleros, no solo revistió la perdida de dos camaradas para la guerrilla, además, el repliegue táctico que le ocasionó al EPR una gran perdida económica, política y militar, dado que la estructura no solo se debilitó, sino que se dispersó, lo que provocó que la dirigencia y comandancia general de esa organización, fuera puesta a discusión y duda, al colocarse el mismo Tiburcio Cruz Sánchez comandante general, en entredicho al no operar debidamente las actividades que en Oaxaca llevaban a cabo los dos mandos detenidos- desaparecidos con elementos de tropa. Los cuestionamientos siguen dándose, debido a que no se explicó debidamente que acciones ¿llevarían a cabo los hasta ahora desaparecidos?


¿Porque exponer a los dos mandos después de un movimiento como el del 2006 en Oaxaca? Obviamente fue un error de la comandancia regional, aunque también de Tiburcio Cruz Sánchez, que no previó por irresponsabilidad e ignorancia en información de inteligencia, que en Oaxaca después del intento de levantamiento social operaban diversas organizaciones de inteligencia y anti guerrillas, sobre todo de países extranjeros. Y que los dos mandos habían sido señalados, incluso por agentes con doble identidad dentro de la APPO, que pudieron haber comprado su libertad con el señalamiento de los involucrados en la guerrilla.


Estas pifias de la comandancia regional y general, derivó en una lucha intestina. Entre aquellos que buscaban un movimiento guerrillero efectivo y los que se pronunciaban como hasta hoy, por una tregua que permita el regreso de los dos desaparecidos del EPR entre otras personas de diferentes organizaciones.


Incluso se habla de ajusticiamientos entre las células guerrilleras, tan es así que se dijo que había muerto Tiburcio Cruz Sánchez y que su lugar lo ocuparía una guerrillera mexicana que habría combatido en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC). Ésta misma insurgente sería del ala radical del EPR, sin que hasta hoy haya una certeza de lo que ha trascendido, aunque tampoco nadie ha desmentido.


Lo que es cierto, es que el EPR le ha costado tiempo reponerse del golpe que sufrió en Oaxaca, una acción policíaco-militar, que ya costó muchos muertos, tanto del lado guerrillero como del gobierno. Sin embargo el EPR se debate en la expectativa histórica de desaparecer o seguir existiendo como un grupo guerrillero mexicano, el único con más de 40 años de vida clandestina.


El final de la historia de los desaparecidos no termina. Se habla que han muerto, que incluso fueron sacrificados desde el 2006. Por otro lado hay quién finca sus esperanzas que pudieran estar en el campo militar número uno, los deudos esperan con ansiedad la verdad.

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