OBRAS SOCIALES; EL CAMINO PERVERTIDO DE LA CORRUPCIÓN

Jorge Morales Hernández



Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Líderes sociales, organizaciones,políticos,funcionarios, empresarios y contratistas, beneficiarios de los miles de millones de pesos que se destinan para obras sociales y proyectos productivos. A través de esta nota, trataremos de guiarlo para que entienda, el camino podrido de la corrupción que existe en nuestro país, disfrazado de beneficios sociales para las comunidades.

En obras sociales todos ganan, desde el funcionario que firma el proyecto, el líder social u organización que lo respalda, funcionarios estatales o municipales, así como el contratista, veamos como funciona la red de corrupción.

Las organizaciones sociales en su mayoría de izquierda buscan reiteradamente las obras en las comunidades, porque es a través de ellas como los beneficios llegan traducidos en recursos ilícitos, pagados por el contratista que trabaja para ellos.

La corrupción inicia en las instituciones públicas, se convoca a concursos, en las que instituciones como SEDESOH, Secretaría General de gobierno, Secretaría Indígena, Caminos y Aeropistas de Oaxaca, SINFRA,Secretaría de Finanzas, entre otras, realizan lo que podría llamarse una convocatoria para que participen diferentes propuestas que se aterrizaran en obras , antes en lo oscurito, los grupos de presión a través de las organizaciones de lucha social, ya decidieron a que empresa o contratista le entregaran los recursos para la realización de la obra.

¿Como se define el camino de corrupción?, veamos: Los funcionarios tienen convenios con los grupos de lucha social que reclaman obras sociales. Sin embargo no solo son organizaciones públicas, también hay partidos políticos. Existen funcionarios de rango medio que agilizan los recursos una vez aprobada la obra social, por esa razón cobran el 5 por ciento del monto total del costo del proyecto. Un ejemplo, si SEDESOH, aprueba una obra social por 8 millones de pesos, el gestor primario ganaría algo así como 400 mil pesos, los líderes de la organización promotora un 30 por ciento es decir aproximadamente 2 millones 400 mil pesos, todo esto pagado por el contratista que ya sumó a su proyecto los gastos a terceros, que pagará al gestor primario en las oficinas y a la organización que lo respalda en las comunidades y que está comprometida a vigilar que la obra se realice en tiempo y forma y de tener problemas no vaya a tener repercusiones más adelante la constructora que está entregada totalmente al organismo que lo proteje. Funcionarios de primer orden estarían logrando un 40 por ciento del monto, negocio redondo, cuando no son socios de constructoras. 

Por esa razón vemos que las organizaciones llamadas de lucha social buscan las obras y beneficios aparentemente a las comunidades marginadas, para eso la lucha electoral posiciona en ayuntamientos a quienes habrán de servirle, los hay desde presidentes municipales, regidores, en fin, todos pueden ser socios, siempre y cuando se presten a la repartición de los recursos.

Hay que aclarar que en ocasiones los municipios solicitan en especie el apoyo, lo mismo puede ser una camioneta, camión, cemento, varilla o cualquier bien mueble del que tengan necesidad, las empresas o constructora, siempre tendrá la oportunidad de ganar, no hay que dejar de considerar, que a mayor exigencia de organizaciones, funcionarios y comunidades, menor la calidad de materiales y mano de obra, debido a que el contratista estira el gasto para mayor ganancia.

En diferentes Secretarías, quienes ganan son los funcionarios, desde Secretarios, hasta el menor de los empleados que tienen participaciones. El constructor al servicio de organizaciones y partidos políticos, lo mismo que funcionarios, tendrán siempre una ganancia, libre de impuestos, sin recibo y lejos de cualquier señalamiento, hasta en tanto el constructor no señale o acuse, o exhiba grabaciones o vídeos que pudiera tener de los compromisos, aunque sería difícil presentarlos, al final es un negocio redondo donde ganan todos los que participan sin invertir nada. El constructor jamás perderá ya que el dinero que distribuye no es de él, es parte del proyecto inflado en cifra de la obra que realizará en cualquiera de las comunidades.

Hay partidos políticos de esos que se dicen de izquierda, así como organizaciones muy combativas, que presentan al año hasta 150 obras en diferentes comunidades y colonias, todas ellas curiosamente son de tres a cinco empresas, todas ellas con relación directa las que ganan los concursos.

Pero no solo son constructoras; hay negocios, sobre todo ferreterías que se suman, las cuales obtienen los contratos para venta de palas, picos, tinacos,estufas, revolvedoras, material para construcción, participan del negocio corrupto que existe en las comunidades marginadas y en donde quienes ganan son los líderes, funcionarios estatales y municipales y al final constructores y comerciantes.

Dinero público que es lavado por las empresas y entregado a líderes y funcionarios, sin ningún problema de responsabilidad. Libre de impuesto y sin recibo que los comprometa. 


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