A UN AÑO DEL MARTES NEGRO Y LA REPRESIÓN DEL GOBIERNO FEDERAL EN OAXACA

Juan José Díaz Bermúdez

Oaxaca, México (Punto y Aparte).-Hoy se cumple un año de la brutal represión que sufrió el pueblo oaxaqueño por parte del ejército mexicano disfrazado de policías federales, según denuncia oportuna de militantes de diferentes organizaciones y comunicadores, que fueron agredidos, detenidos y vejados por los uniformados que protegían a Felipe Calderón en “la gloriosa” visita que hacía, luego del triunfo de la coalición en Oaxaca.



La presencia del mandatario más criticado y odiado en la historia de los gobiernos en México, Felipe Calderón, originó la ruptura de la coalición que presuntamente existía entre Gabino Cué y las diferentes organizaciones.


El 15 de febrero de 2011 marcó la diferencia entre un gobierno democrático como dijo Gabino Cué que sería y la sumisión al gobierno central, al permitir el gobierno de Oaxaca que miembros del ejército mexicano disfrazados de policías federales reprimieran a los oaxaqueños.


Sin embargo la respuesta por parte del pueblo de Oaxaca fue contundente y las consecuencias no se dejaron esperar con la quema de un tráiler del Estado Mayor Presidencial.


Hoy diferentes organizaciones recuerdan el martes negro para que no se repita jamás.


Alto a la violencia de Estado en México, los mexicanos estamos hartos de la criminalización que el gobierno del Partido Acción Nacional hoy en el poder, hace de la protesta social. ¡Ya basta del terrorismo de Estado! México no debe ser un cuartel, la corrupción del ejército mexicano es igual a la de otras policías del mundo, no es la solución militarizar a nuestra patria.


Hoy recordamos un día que no debe regresar a Oaxaca, los ciudadanos están cansados de mentiras y falsos cambios, urgen de cambios reales, sin represión, sin sangre, sin mentiras o falsas guerras que permiten la represión a gran escala.


Quien nos garantiza que la guerra de Calderón y el PAN, no es una mascarada para mantener al pueblo bajo el terror y la militarización, con el único objetivo de generar psicosis y poder usar la fuerza pública a discreción del gobernante en el momento que mejor les parezca, acusando a ciudadanos que difieren de sus ideas de delincuentes al servicio de cárteles del narcotráfico.


Hoy lamentamos una página negra más en la historia de Oaxaca, una tarde represiva donde todos fuimos testigos de la mentira y la brutalidad que el ejército mexicano usa para detener y desaparecer a quienes no están de acuerdo con el gobierno de la ultraderecha clerical que en México desafortunadamente gobierna.


Oaxaca el corazón de México sigue de pie, con un pueblo glorioso que no permitirá más engaños y que se levantará una y otra vez aunque a sus hijos los asesinen o desaparezcan.


Hoy nuestra solidaridad a quienes fueron reprimidos y a todos aquellos que en tras las rejas o desaparecidos desde la oscuridad de sus tormentos siguen creyendo en un mejor país y una mejor patria chica. Su ejemplo mantiene templados a quienes siguen luchando por un mejor mañana.


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