SACERDOTES CATÓLICOS PROXENETAS DEL FANATISMO

Juan José Díaz Bermúdez

El fanatismo encadena la combatividad de los pueblos

Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Los sacerdotes católicos aún ofrecen espejitos a cambio de oro en México, promueven el delirio con el objetivo de no perder su cuota de poder económico y político. Una oficina de censos por teléfono dijo hace unos días que después de la familia los mexicanos tenían a la iglesia católica como una institución de credibilidad, ¿será posible eso? Con los adelantos tecnológicos como es la Internet y con esta maravillosa herramienta como son las redes sociales, es difícil que los curas puedan seguir engañando a la gente. Hacer creer que las reliquias de Juan Pablo Segundo tienen poderes mágicos o curativos es fomentar la mentira, avivar el miedo a lo sobre natural y acrecentar el fanatismo para mantener al pobre encadenado a la expectativa de aceptar todo lo que pasa, que importa sufrir si el cielo me espera, “porque así lo quiere dios”, ese dios católico rodeado de imágenes populares pero sin poder, ídolos de madera, yeso o fierro inanimados que sirven de decoración, pero que el clero explota porque les reditúa enormes ganancias económicas. Los sacerdotes prostituyen a imágenes de vírgenes, beatos y supuestos santos y se enriquecen de ellas como verdaderos proxenetas.
Es indigno ver como en pleno siglo XXI, cuando se han conquistado espacios que antes eran insospechados, lo tenebroso de la religión vuelve ha aparecer como una siniestra amenaza para México, sobre todo en este gobierno panista que usa a la jerarquía católica para legitimar en el nombre de Dios la guerra donde han muerto más de 50 mil mexicanos, los curas bendicen no solo a los soldados y policías, también a los sicarios, son ministros de doble moral.
Hoy se conocen textos que durante el proceso de la historia fueron vetados por la inquisición el grupo radical y represor del Estado Vaticano. Los que ayer quemaron libros y destruyeron vidas por avaricia, cometiendo incluso incalificables actos carnales como los Borgia, hoy muestran fetiches de un sujeto que como Karol Wojtyla también conocido como Juan Pablo Segundo, que es un humano como cualquier otro, para tratar de justificar las mentiras que durante siglos han dicho, para tratar de quitar la porquería que tiene una institución que como la iglesia católica es el centro de todos los males del alma, encadenan el espíritu de los que menos tienen, siembran falsas esperanzas entre los pobres a quienes siguen engañando.Intentan esconder detrás del manto del beato toda la historia aterrorizante de Marcial Maciel, induciendo también al pueblo mexicano a olvidar la trágica comedia de la pantomima de Calderón.
Juan Pablo Segundo se sentó con escarnecedores, saludó y apoyó a violadores a quienes les probaron sus felonías como Marcial Maciel, las pruebas lo dicen todo, los testigos lo gritan y las víctimas incluso han publicado libros, ¿como entonces el santo varón, no pudo limpiar el alma y obligó a pedirle perdón a sus víctimas? El rector de los Legionarios de Cristo, cometió actos carnales entre los aspirantes al sacerdocio y aún así murió santificado. Juan Pablo Segundo o Karol Wojtyla es tan culpable como Marcial Maciel, de donde le sale lo beato.
Hoy en la versión remix, el clero burgués trata de volver a la vida a una persona que ni es santo ni beato siquiera, porque sus hechos en vida demuestran que fue un hombre que se equivocó e incluso sostuvo en su puesto a un sujeto que violó y atemorizó. Jamás actuó en contra de sacerdotes pederastas. Lo grave es que en el nombre de Dios, la iglesia católica, continúa usurpando un papel en la historia, perversos los curas insisten en querer ser los guías morales de los mexicanos, cuando ellos, los sacerdotes son impúdicos.
No se le puede creer a quienes por intereses económicos se alían a los perversos. No se le puede creer a quienes sostienen preferencia por la burguesía rechazando a los proletarios. No se le puede creer a quién engaña y sostiene como una verdad, una mentira, en la que no tiene cabida la razón y la lógica. No se le puede creer a quienes asesinaron a indígenas para someterlos hacía una nueva religión que dicen predica el amor, pero con métodos criminales. Se alzan en jueces cuando varios de ellos son pederastas al violar, hombres, mujeres y niños, según las historias recientes.
¿Porque creer a quién comercia con la salvación del alma y vende al mejor postor la moral y el cielo? Los sacerdotes son los artífices perfectos para atemorizar con el infierno, prometiendo el cielo, ¿Cuándo ellos que autoridad moral tienen para auto calificarse como hombres de Dios?, de que Dios hablan, ¿del Gran Arquitecto del Mundo o de su dios sociedad anónima? Son una industria de la mentira y lo pagano. La falsedad de sus acciones los justifica como lobos rapaces disfrazados de ovejas. No debemos olvidar el papel que el clero católico burgués jugó en la Independencia , La Reforma, La Revolución Mexicana al excomulgar a guerrilleros e insurgentes. En la Guerra Cristera promovieron el odio, el rencor y la muerte contra soldados mexicanos y todo aquel que se opusiera a sus acciones asesinas.
El Gran Maestro dijo: “Porque no todo el que diga señor, señor, entrará al reino de los cielos” con está parábola sé demuestra que Juan Pablo Segundo está excomulgado de la preferencia del Rey de Reyes, porque mintió como sacerdote y como papa, jamás oyó el lamento de los pequeños que pedían piedad y justicia, ¿como entonces señores curas, se quiere mostrar las reliquias de un pecador igual que cualquier mundano?
El octavo mandamiento dice: No levantaras falso testimonio ni mentiras; los sacerdotes católicos su deporte favorito es mentir, ¿y así se levantan como una institución moral y ética? La religión es el opio del mundo dijo Carlos Marx, con el clero y el Estado Vaticano se confirma una gran verdad: La que Cristo dijo: “HAN CONVERTIDO LA CASA DE MI PADRE EN UN MERCADO Y EN UNA CUEVA DE LADRONES”

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