EL GENOCIDIO EN MÉXICO

Juan José Díaz Bermúdez/Análisis


Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Que pasaría en México si los medios de comunicación fueran más objetivos y menos metalizados. De entrada se investigaría la grave corrupción que hay en los gobiernos, pero algo más importante, encontraríamos la verdad de una guerra sorda que ha costado miles de muertes de inocentes en su mayoría jóvenes que han ofrendado su existencia para saciar la sed de sangre de un chacal, por lo menos eso es lo que en nuestro país se escucha, el genocidio ha despertado consciencias. No es necesario viajar a los Balcanes para ver con nuestros propios ojos el exterminio de las masas.
La verdad en nuestro país tiene diferentes connotaciones. Por ejemplo, que pensaría la sociedad civil si el terror que todas las familias sienten al salir de sus hogares fuera un proyecto de guerra sucia que el gobierno instrumenta para facilitar su estancia en el poder, con el objetivo de reelegirse el mandatario en turno, como un tirano apoyado por la fuerza militar que hoy tiene presencia a propósito en todo el país.
La historia cambiaría si los miles de muertos nos dieran a conocer que fueron asesinados, no por grupos delictivos, más bien pudieron haber sido víctimas de células perfectamente entrenadas en artes de guerra, que no existen para las instituciones , no forman parte de ninguna corporación o ejército, pero que si obedecen a un mando institucional. Son lo que se conoce en los ejércitos como mercenarios o perros de guerra.
Hay tantas hipótesis y conjeturas que viajan a través de los diversos medios de comunicación, algunas historias se han convertido en leyendas urbanas, otras de tan increíbles se mantienen ocultas en la sociedad.
Hay una versión que por tenebrosa poco se cuenta. Los muertos de San Fernando Tamaulipas, son en su mayoría jóvenes que fueron escogidos no por coincidencia, más bien fueron seguidos y asesinados porque la gran mayoría quería pasar a los Estados Unidos, si notamos hay una similitud, todos ellos eran gente que tenía el interés de llegar al país del norte, ninguno de ellos era sicario, al contrario fueron gente trabajadora cuyo único delito fue querer llegar a la Unión Americana para trabajar. En ese país antidemocrático, hay grupos neo nazis que cazan indocumentados, los asesinan y tiran sus restos en el desierto. En México ¿quién los habría asesinado?, ¿El crimen organizado o el gobierno? Es una pregunta valida que se sostiene con otra. A quién le interesa asesinar a un indocumentado, ¿a la mafia o a grupos de ultraderecha infiltrados en la fuerza pública? Estos grupos podrían estar pagados por organizaciones racistas de Estados Unidos para crear un clima de terror. El miedo haría que los trabajadores indocumentados viajaran menos o hubiera una campaña como la que existe, en la que el gobierno de México a través de sus oficinas de migrantes, pidan abstenerse de viajar por el momento al país del norte.
Hay códigos en la delincuencia. En México por lo menos no se había presentado hasta hoy, que los integrantes de una célula, asesinaran para ser aceptados como lo hace la Mara Salvatrucha, si lo practican a partir de este sexenio, tal vez cambiaron sus códigos, algo que sería difícil de aceptar porque aquellos que viven al margen de la ley protegen sus territorios, ¿como lo hacen?, no dejando que en su zona se cometan delitos que pongan en peligro sus operaciones de compra venta de droga. Es decir, limpian las áreas de toda clase de delincuentes, contradictorio pero esta es su forma de operar, ¿en que punto los integrantes de la mafia mexicana, olvidaron sus principios de sobrevivencia como organizaciones delictivas?
No se entiende el porque los grupos delictivos atacan sin un patrón lógico. Lo mismo incendian escuelas, negocios, ultiman familias. Pareciera que hay una gran desesperación, sin embargo insisto, porque actuar de una forma sin razón, ¿o es que acaso hay quienes fomentan el terror desde el mismo gobierno?
No sería la primera ni la última ocasión que desde los gobiernos lanzaran a sus agentes desestabilizadores. Lo hizo Victoriano Huerta, Carranza, Porfirio Díaz. Vestían a soldados y policías como revolucionarios para incendiar haciendas, ranchos, violar mujeres, asesinar jóvenes. Lo llevaban a cabo con el objetivo de actuar posteriormente impunemente y sus acciones fueran respaldadas por el pueblo en el marco de la ley para luchar contra los delincuentes.
Recordemos que Felipe Calderón, llegó a la presidencia de México, acusado por López Obrador de usurpador, se dice que no ganó las elecciones. No olvidemos tampoco que en Oaxaca en el 2006 se hablaba de una revolución, incluso había tarjetas de información de inteligencia en Seguridad Nacional que mencionaban el inicio de una revuelta en Oaxaca en el 2007, se vislumbraba una movilización armada de lumpen proletarios, dirigidos por el Ejército Popular Revolucionario. En esa ocasión fueron detenidos-desaparecidos en Oaxaca el 25 de mayo dos mandos del EPR, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, es decir se gestaba por todos los frentes la posibilidad de un levantamiento popular que logrará tirar de la presidencia a Calderón y llevar a López Obrador.
Felipe Calderón no hay que olvidar es un mandatario militarista, sus ejes rectores de gobierno los estructuró en cinco ejes: Estado de Derecho y seguridad. Economía competitiva y generadora de empleos. Igualdad de oportunidades. Sustentabilidad ambiental. Democracia efectiva y política exterior responsable.
Antes que beneficios para la población Calderón llegó a la guerra contra la delincuencia organizada, una guerra que incluso se antoja fantasiosa, pero que sumó el interés del que se decía Presidente del empleo, solo que el empleo que tenía en mente era la contratación de soldados y policías para su guerra.
En su plan nacional de desarrollo Felipe Calderón en el 2007, consideró que el desarrollo humano sustentable sería prioritario en su gobierno, mentira. Ni hay desarrollo humano sustentable, pero si un gran terror por la inseguridad y los ríos de sangre que corren por culpa de un presidente que equivoco el rumbo y que hasta hoy no ha sabido recuperar el tiempo. Aunque lo recuperara, hay miles de mexicanos ofendidos, que han perdido a sus hijos, como Teresa Sánchez Wolf, oaxaqueña de valía con la que me solidarizo y lloro por un joven que fue asesinado en Chihuahua impunemente, en esta guerra que Calderón inició y que ha causado un daño irreparable, más de 40 mil muertos no pueden pasar desapercibidos. Calderón debe renunciar, el Congreso federal debería de exigir la renuncia de un presidente incapaz, que no ha sabido recuperar la paz y priorizar un Estado de derecho, vivimos en un Estado fallido, en la que no se garantiza la seguridad de los mexicanos, la estrategia contra el crimen organizado falló, el ejército mexicano tiene que regresar a sus cuarteles, no es posible que se siga viviendo en la zozobra, México y los mexicanos tienen derecho a vivir una vida digna. Ya basta de una guerra simulada, ya basta que se genere un estado de terror por convenir así al gobierno. Los muertos los pone el pueblo, la sangre es de jóvenes inocentes y adultos que han sido ultimados para llenar estadísticas y generar terror. México vive en el terror una palabra que cabe millones de veces en las páginas del ciber espacio, no podemos como mexicanos quedarnos inermes ante lo que sucede en nuestra patria. Calderón debe renunciar, que esa sea la prioridad nacional, no con mentadas de madre, con seriedad exigiendo que se vaya, que renuncie, que sea la exigencia de un Congreso federal y los congresos de los estados de la república sordos y mudos, cómplices de este genocidio, porque no basta con dar las ordenes, la patria la han salpicado de sangre inocente, también son culpables los que han callado, aquellos diputados federales y partidos políticos que por omisión han respaldado el genocidio de mexicanos, pareciera que es una guerra étnica. ¡Ya basta! Que renuncie Calderón esa debe ser nuestra exigenc ia.

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