Adriana Tenorio García
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Un párrafo de la biblia puntualiza: Siendo la lengua un miembro tan pequeño incendia pueblos...
Hace unos días un incidente sin importancia en el Congreso de Oaxaca, se quiso magnimizar. Se trató de impulsar sin que tuviera eco. ¿Porqué no prosperó?, por la razón que el personaje que generó los dimes y diretes, se ha visto envuelta en un historial sin descanso de conflictos en ese lugar.
La trabajadora del Congreso de Oaxaca, Lidia Esther Salazar Santiago, tomó por unas horas la oficina de la tesorería del Congreso, se apoderó del inmueble porque el tesorero decidió cambiarla de adscripción .Una mecánica que sucede en cualquier lugar donde las personas presten sus servicios, si todo mundo se molestara por ser cambiado de oficina, ¿que sería de este mundo?
Argumentaba la empleada sindicalizada una serie de acusaciones contra su jefe inmediato, las que nunca podrá probar, simplemente porque no son verdad.
A las personas sin ética se les hace muy fácil enlodar la vida de sus semejantes, acusar sin fundamento, levantar falsos y llegar a la calumnia con el objetivo de presionar, de tratar de llegar a posibles acuerdos debajo de la mesa, o intentar pactar. Digo, si ese fuera el caso, porque usar el genero como pretexto, que deberíamos de puntualizar claramente que la lucha de genero no debe de ser una patente de impunidad para las mujeres, eso es trasgredir la verdadera lucha y convertir al genero femenino como una punta de lanza.
La señora Lidia Salazar Santiago acusó, por esa razón debería de presentarse ante la fiscalía para iniciar una carpeta de investigación en contra de quien acusa, entendemos que no lo hará, porque no tiene pruebas ni tendrá de los señalamientos que hace, porque no existen, si las tuviera que las presente y que se inicie la carpeta y así deslindar responsabilidades.
En esta sociedad se ha hecho fácil que cualquiera toma oficinas, bloquea calles y ofende los derechos de terceros por nada.
No se vale entonces que si no hay pruebas de lo que se acusa y no se interpone una denuncia ante el Ministerio Público, se quiera deslegitimar un trabajo que se ha venido realizando en la tesorería del Congreso de Oaxaca. No se puede inculpar sin probar, es riesgoso. Otra situación podría ser que se dijera a la Opinión Pública que se toma una oficina, se miente y se hostiga porque yo como trabajador quiero más dinero como apoyo económico.
Un trabajador del Congreso, en este caso Lidia Salazar Santiago, no debe actuar por consigna de algún diputado de su partido, en este caso el PRI, no se debe usar la mentira para ensuciar una labor que como la de Eduardo Aldana, ha sido para mejorar el trato a proveedores y diputados en materia financiera.
Como nunca se había visto en el Congreso de Oaxaca, hoy la transparencia es la carta de presentación y la eficiencia el método para lograr cambiar la apatía que existía en esa área.
Eduardo Aldana cambió junto con su equipo la dinámica en la tesorería, le apostó a la transparencia y al trabajo para poder mantener al Congreso en el trabajo.
Aldana al ser entrevistado del conflicto laboral que quiso iniciar Lidia Salazar Santiago, demostrando ser un hombre noble solo comentó: Para mi la señora Lidia Salazar es una dama que merece todo mi respeto.
Con esto se coloca un punto final a este desaguizado que promovió una persona que se ha visto envuelta durante la historia del Congreso en diferentes problemas laborales y de malos entendidos.
No debemos olvidar que como cita biblica: Siendo la lengua un miembro pequeño incendia pueblos.