Rodrigo García Hernández
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- La indignación crece, las miradas de los vecinos se pierden en medio de la nada, algunos aún sin creer lo que pasó, las mujeres abrazan a sus hijos, mientras los hombres con su mirada recorren la calle como si quisieran encontrar al asesino.
Frente a la casa de la tragedia, grafitis mudos testigos, evocan la sombra de dos militares que nada pudieron hacer para proteger a Vanesa Mejia, que muriera de tres puñaladas víctima de la delincuencia y la falta de seguridad en la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Frente a la casa, veladoras, velas y flores amarillas ( Las preferidas de ella), reflejan el dolor que al interior de esa vivienda, por cierto casa de su novio, viven. Esa tarde Vanesa buscaba a su novio, el se bañaba, ella sacó el celular para preguntar donde estaba, lo que haríamos usted o yo, cuando de repente el destino la alcanzó.
Los testigos afirman que era un Centro Americano, por su acento de voz, por su cabello y por el color de su piel ¿estigmatización?, ¡¡ no!! Los vecinos hablan porque desde hace más de dos años, esas colonias han sido escenario de la presencia de indocumentados sin que la policía haga algo. Dice Juan García Bello: "Son protegidos por la policía y el crimen, será difícil erradicarlos".
Otros advierten a las autoridades: " Si no los detienen se los vamos a linchar, ya tenemos el árbol donde los vamos a quemar". Pasan patrullas cerca del lugar lo que hace que Margarita una ama de casa vecina al lugar diga: " Después que mataron a la niña patrullan, mejor se hicieran tontos, ya para que".
Todos asisten con la cabeza y es Mariano el que rompe el silencio para decir que ya no habrá otra vez, si vienen a cometer delitos " se los va a cargar la chingada", ya estuvo suave, ya basta".
El novio de Vanesa con los ojos hinchados de llorar, cierra la puerta y se introduce a su hogar. Todos se van yendo como llegaron, en silencio y con una gran pena.
Para Willy vecino de 5 Señores hay muchos testigos pero no quieren hablar por temor porque el crimen organizado está detrás. Como no van a ver " que no mamen" si a la hora de la tragedia estaban saliendo los niños de una casa hogar que esta a escasos tres metros de donde cayó Vanesa, había en la calle o e sus carros al menos quince personas, las cuales agarraron a su hijo y se fueron.
El mismo Willy se contesta, la verdad tienen razón, "si hablas te ponen por tu madre", pero fijate amigo que a pesar del miedo hay quienes se han acercado a los vecinos y nos han dicho lo que vieron esa ocasión.
Dice una joven que el asesino corrió al sur, y ella pudo ver porque iba en bicicleta, que se metió a la Ciudad Universitaria de la UABJO, cuando llegó la policía por más que buscó no encontró nada.
La verdad nosotros somos los que pagamos el costo del crimen, porque al interior de esa Universidad hay de todo, " hay cabrón, mejor no digo nada".
Se acuerda que tiene quehacer en su casa y además ya se acerca la hora de comer, pero como bien dice, es mejor no hablar porque incluso la misma policía en contubernio con el crimen protegen a los criminales que se pasean impunemente por la ciudad de Oaxaca de Juárez, según los vecinos a la casa del novio de Vanesa, solo nos resta hacernos justicia por propia mano.
"Que le pidan a Dios los delincuentes caer en manos de la policía, si los agarramos los vamos a quemar vivos, ya tenemos el árbol seco donde van ha arder": Vecinos de 5 Señores
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- La indignación crece, las miradas de los vecinos se pierden en medio de la nada, algunos aún sin creer lo que pasó, las mujeres abrazan a sus hijos, mientras los hombres con su mirada recorren la calle como si quisieran encontrar al asesino.
Frente a la casa de la tragedia, grafitis mudos testigos, evocan la sombra de dos militares que nada pudieron hacer para proteger a Vanesa Mejia, que muriera de tres puñaladas víctima de la delincuencia y la falta de seguridad en la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Frente a la casa, veladoras, velas y flores amarillas ( Las preferidas de ella), reflejan el dolor que al interior de esa vivienda, por cierto casa de su novio, viven. Esa tarde Vanesa buscaba a su novio, el se bañaba, ella sacó el celular para preguntar donde estaba, lo que haríamos usted o yo, cuando de repente el destino la alcanzó.
Los testigos afirman que era un Centro Americano, por su acento de voz, por su cabello y por el color de su piel ¿estigmatización?, ¡¡ no!! Los vecinos hablan porque desde hace más de dos años, esas colonias han sido escenario de la presencia de indocumentados sin que la policía haga algo. Dice Juan García Bello: "Son protegidos por la policía y el crimen, será difícil erradicarlos".
Otros advierten a las autoridades: " Si no los detienen se los vamos a linchar, ya tenemos el árbol donde los vamos a quemar". Pasan patrullas cerca del lugar lo que hace que Margarita una ama de casa vecina al lugar diga: " Después que mataron a la niña patrullan, mejor se hicieran tontos, ya para que".
Todos asisten con la cabeza y es Mariano el que rompe el silencio para decir que ya no habrá otra vez, si vienen a cometer delitos " se los va a cargar la chingada", ya estuvo suave, ya basta".
El novio de Vanesa con los ojos hinchados de llorar, cierra la puerta y se introduce a su hogar. Todos se van yendo como llegaron, en silencio y con una gran pena.
Para Willy vecino de 5 Señores hay muchos testigos pero no quieren hablar por temor porque el crimen organizado está detrás. Como no van a ver " que no mamen" si a la hora de la tragedia estaban saliendo los niños de una casa hogar que esta a escasos tres metros de donde cayó Vanesa, había en la calle o e sus carros al menos quince personas, las cuales agarraron a su hijo y se fueron.
El mismo Willy se contesta, la verdad tienen razón, "si hablas te ponen por tu madre", pero fijate amigo que a pesar del miedo hay quienes se han acercado a los vecinos y nos han dicho lo que vieron esa ocasión.
Dice una joven que el asesino corrió al sur, y ella pudo ver porque iba en bicicleta, que se metió a la Ciudad Universitaria de la UABJO, cuando llegó la policía por más que buscó no encontró nada.
La verdad nosotros somos los que pagamos el costo del crimen, porque al interior de esa Universidad hay de todo, " hay cabrón, mejor no digo nada".
Se acuerda que tiene quehacer en su casa y además ya se acerca la hora de comer, pero como bien dice, es mejor no hablar porque incluso la misma policía en contubernio con el crimen protegen a los criminales que se pasean impunemente por la ciudad de Oaxaca de Juárez, según los vecinos a la casa del novio de Vanesa, solo nos resta hacernos justicia por propia mano.
"Que le pidan a Dios los delincuentes caer en manos de la policía, si los agarramos los vamos a quemar vivos, ya tenemos el árbol seco donde van ha arder": Vecinos de 5 Señores
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