LA HORA DE LA VERDAD

Juan José Díaz Bermúdez/Análisis

                                                Presunto asesino de Heriberto Pazos Ortiz


Oaxaca, México ( Punto y Aparte).- La detención en Oaxaca de uno de los presuntos victimarios de Heriberto Pazos Ortiz, suma más preguntas que respuestas, reabre expedientes, y por si fuera poco, derrumba la hipótesis en la que se aseguraba que la muerte de Rubén Marmolejo, conocido ampliamente como “El dragón” e Iván de Jesús Espinoza Luis (a) “El Talibán” los dos porros al servicio de ex funcionarios, hubieran sido asesinados por el control del mercado informal.
La captura de Roberto Jorge Navarro Martínez o Roberto Navarro Martínez, o Jorge Navarro Martínez o Jorge Martín Navarro Martínez, o Roberto Navarro Hernández (alias) “El Thin”, obedece no a una investigación científica de la policía ministerial, sino a errores cometidos por los dos ejecutores que no fueron profesionales para cometer su crimen. En su huida dejaron evidencias y en su ruta de escape fueron grabados por las cámaras de video de seguridad de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Videos que por cierto no fueron mostrados. Se aseguraba por parte de los testigos en aquel día fatal, que los sujetos que viajaban a bordo de una motocicleta, cubrían su rostro, por lo cual hubiera sido difícil ubicarlos, sin embargo hoy sabemos que no fue así. Los sicarios no solo cometieron errores, también mostraron su identidad, lo que puso en peligro una operación planeada y por la que se ofreció a decir de las autoridades de procuración de justicia la cantidad de 300 mil pesos a los sicarios.
Por lo visto aquel o aquellos que querían ver muerto a Heriberto Pasos Ortiz son poderosos y tienen los recursos suficientes para dilapidar 300 mil pesos. Si pudieron ofrecer 300 mil, también lo habrían hecho con 500 o un millón de pesos.
Porque contratar a un porro tan conocido como “El dragón” o “El Talibán”, para cometer el homicidio, sin saber sus antecedentes. Lo involucran con las volantas de la muerte en el 2006.La desaparición de los dos mandos del Ejército Popular Revolucionario (EPR), Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez en el 2007. Citados los dos occisos, en diferentes testimonios, involucrándolos con los grupos policíacos que balearon a miembros de la APPO. En la UABJO según señalamientos ligan a Rubén Marmolejo con ex funcionarios del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz.
La muerte de los porros en la explanada de Santo Domingo el 29 de octubre de 2010, tiene hasta el momento varias líneas de investigación, pero solo dos que se han robustecido. La primera que fue un ajusticiamiento de algún grupo armado ligado al Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT) y al Ejército Popular Revolucionario ( EPR) y la segunda que habría invadido terrenos de grupos del crimen organizado. Porque se basan los investigadores sobre estos temas. Trascendió de inmediato en la Universidad Benito Juárez, que el asesinato de Beto Pasos, habría sido ordenado por “El dragón”, era un secreto a voces, por tal razón, cuando muere de forma trágica, se comentó en esa misma institución, que la venganza había llegado de inmediato. Por lo menos esa era la versión que los asesinos intelectuales trataban de vender a la opinión pública del asesinato de Heriberto Pasos el 23 de octubre de 2010
Lo cierto es la muerte de Rubén Marmolejo y su acompañante, evitó que hablaran sobre lo que sabían en torno a desapariciones forzadas y crímenes cometidos durante la lucha popular del 2006.
La institución investigadora tendrá que poner en claro, quién o quienes ordenaron y financiaron el asesinato del líder campesino, que objetivos se perseguían, ¿Por qué acribillar a un líder que había servido al Estado?
Heriberto Pasos Ortiz, es cierto era un dirigente combativo del MULT, sin embargo en la investigación posterior a su muerte, se ha podido establecer, que el abnegado dirigente de izquierda que todos creían era, tenía una modo de vida aburguesado, sostenía relaciones político-comerciales con funcionarios del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz a quienes exigía cantidades importantes de dinero para frenar marchas, plantones y movimientos en las zonas indígenas triquis.
El Movimiento Unificador de Lucha Popular Independiente ( MULTI), dibujó a Heriberto Pazos Ortiz como un asesino de Triquis aliado a la UBISORT para destruir San Juan Cópala, municipio autónomo.
No era el líder ejemplar del que se dicen mil y una leyendas, por lo menos eso es lo que dicen las investigaciones y declaraciones que surgen a raíz del crimen. Por supuesto ninguna de esa características de las que se le acusa, tenía la solidez para mandarlo asesinar.
Hay más que esas acusaciones. Se entiende que hubo un trato incumplido, ¿acaso un compromiso electoral? El incumplimiento de un trato así no lleva al crimen, a no ser que se hubiera perdido la gubernatura, aún así es dudoso.
¿O es que acaso sabía quién o quienes llevaron a cabo desapariciones forzadas en Oaxaca? Era un tema álgido, más si había una amenaza de denunciar con pruebas a quienes estaban involucrados, o tal vez se cayó en el chantaje. Las cantidades pudieron haber subido de tono hasta llegar a lo imposible. Es una opción descabellada pero no imposible. En este rubro de posibilidad el crimen si es manejable, sobre todo ofrecer cantidades que es claro fueron pagados por organizaciones o grupos políticos poderosos que se sintieron amenazados.
Si es así, ¿Por qué Heriberto habría jugado con una verdad de esas dimensiones? No es una certeza, en esta gama de posibilidades e hipótesis se tejen tesis que dan como resultado, que la muerte del dirigente del MULT, tuvo que ser necesariamente por una cuestión de seguridad nacional o seguridad personal. Silenciar a Heriberto salvó a los grupos o a quienes se veían involucrados.
Varias dudas saltan. Si ultimaron a “El dragón” y “Al Talibán” para que no revelaran la identidad de los contratantes, ¿porque no asesinar también a los sicarios? Es algo inusual, que los dos homicidas que sabían para que fueron contratados, siguieran con tanta paciencia esperando en la zona donde fue cometido el crimen y aún con vida. Esa pieza del rompecabezas no encaja. Así como no hay solidez en la versión que asegura que anduvieron los dos occisos ofreciendo dinero a diestra y siniestra. ¿Era un crimen de Estado?, ¿Por qué no hacerlo de la forma más reservada?, ¿porque enterar a toda la Universidad pública de sus objetivos?, ¿Dónde estaba la inteligencia policíaca y militar que no previeron ese crimen? Es decir, no es fácil andar contratando sicarios y ofreciendo 300 mil pesos para asesinar a Pazos Ortiz, es lógico que en algún punto de la distancia recorrida para encontrar a los voluntarios, alguien debió hablar más de la cuenta y el servicio de inteligencia del que tanto se jacta el Estado jamás se enteró. ¿Por qué si había testigos que vieron a los asesinos no se actuó urgentemente?, ¿Se trata de decir que hay involucrados ex funcionarios en la muerte de Heriberto Pazos?, ¿Serán personajes que han sido nombrados reiteradamente? Al final tal vez se dirá que fue un lio de faldas, un crimen pasional donde se vieron involucrados sicarios plenamente identificados al servicio de ex funcionarios.
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