Guerrilla-narcotráfico

¿GUERRILLA-NARCOTRÁFICO?-La lucha contra el tráfico de estupefacientes que llevan a cabo corporaciones policíacas y el Ejército mexicano, en ocasiones sirve de pretexto para reprimir voluntades y regiones apartadas de la geografía mexicana, las denuncias que existen sobre el tema ponen de manifiesto la doble intención que hay por parte del Estado mexicano, de acabar presuntamente con los carteles del narcotráfico y junto con ello mantener el control de las zonas consideradas focos rojos, tenemos entonces que la “ cruzada” en contra de las drogas lleva también el objetivo de motivar un trabajo de inteligencia, el cual es obsoleto en el Ejército de México en cuanto a los grupos armados que operan en nuestro territorio.

Hablamos de cuarenta organizaciones, algunas de las cuales, hay que reconocerlo, tuvieron su debut y despedida, como el caso de la Organización Revolucionaria Armada de los Pueblos de Oaxaca(ORAPO), que realizó acciones militares el 2 de octubre de 2006, colocó posteriormente panfletos en la ciudad de Oaxaca, amenazando a miembros del Consejo Central de Lucha (CCL), sin mayor trascendencia.

Es decir, se está definiendo un mapa que encierra una muy cercana relación entre los grupos revolucionarios con organizaciones dedicadas a la siembra, distribución, venta de estupefacientes, tráfico de personas y armas.


Es evidente que en zonas donde existen conflictos por la ausencia de fuerzas de seguridad, se presenten grupos que se dicen guerrilleros y definan un territorio, incluso retando a las instituciones del orden en el país, no es una generalidad, pero si analizamos, en Guerrero durante el surgimiento del Partido de los Pobres (PDPL), organización que fundó el extinto Lucio Cabañas Barrientos en 1970, los datos obtenidos en esa fecha hablaban del disparo en la siembra y distribución de la marihuana, un negocio lucrativo que en ese tiempo no era tan satanizado como hoy en día y que representaba, junto con los secuestros y los asaltos a los bancos, el financiamiento que sostenía el movimiento armado, que fue sin duda uno de los más aguerridos hasta la fecha.

En Oaxaca por ejemplo, el surgimiento del Ejército Popular Revolucionario (EPR), consolida su presencia en la región de Loxicha, estratégica por su posición en el mapa, y en la cual el tráfico de maderas y de estupefacientes ha sido una de las influencias económicas que sostiene a caciques que se han enriquecido de la siembra y venta de droga.

En 1995 la zona de los Loxicha, estaba catalogada por la Procuraduría General de la República (PGR), junto con Amoltepec, Zenzontepec, Yucutindoo y Zaniza, comunidades en constante conflicto, como una de las áreas de mayores bombardeos de cocaína procedente de Colombia, así como introducida vía marítima de organizaciones criminales de Chiapas, identificadas a la “ Mara Salvatrucha”.


Pareciera ser Loxicha una zona sin importancia y en condiciones paupérrimas, sin embargo esto no es cierto, la región de Loxicha es una de las más ricas de la zona costera, posee, según la dirección Forestal de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado de Oaxaca, uno de los bosques de cedro, caoba y ceiba, maderas preciosas, más rico del estado, el tercero después de las Chimalapas ubicado en el Istmo de Tehuantepec.

La región vecina de Amoltepec y Zaniza son poseedoras de yacimientos minerales de un costo invaluable, que define el carácter estratégico de la región y que ha sido por varios años motivo de rencillas y muertes entre los habitantes de esa zona de Oaxaca.

Se hace palpable, en este caso, que en el asunto de Loxicha y la zona de Amoltepec, Zenzontepec, Yucutindoo y Zaniza, la presencia de grupos guerrilleros formen parte de la intención de alejar la inversión y explotación de este lucrativo negocio y que sirvan para que unos cuantos se beneficien de la extracción en menor cantidad de reservas tan importantes como el hierro.


Aunque pareciera un tanto extraño que en regiones donde el gobierno de Estados Unidos tiene un gran interés, como la región de Zaniza, hasta donde el departamento de energía del gobierno de Estados Unidos ha hecho importantes estudios, como el de energía eólica y la extracción y exportación del hierro; el aumento en la presencia de grupos guerrilleros se dé en una manera alarmante, no hay que olvidar que hablamos de una zona de gran impacto económico, en el que están inmersos intereses internacionales.

Todo esto lleva de regreso a los inicios de cada uno de los conflictos y de quienes se encuentran detrás de los movimientos sociales armados, tomando en cuenta que en cada una de las zonas y regiones donde aparecen existen intereses económicos diversos.

Chiapas es un ejemplo del interés que tiene la industria de la guerra y la guerrilla en América Latina. En l994 surge un grupo denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional, hay quienes dicen que al amparo de Carlos Salinas de Gortari, otros que apadrinado por excombatientes de Vietnam; en fin, se tejen mil y una historia alrededor de la agrupación que dirige el sub comandante Marcos, el cual se encuentra identificado a la iglesia católica mexicana, aunque en los últimos años al Partido Acción Nacional(PAN); pareciera ser un peón del partido derechista para agobiar a la izquierda en este país.

Chiapas es uno de los estados cuya logística implica no sólo uno de los intereses militares para Estados Unidos junto con el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, ya que es la puerta de Latinoamérica a los Estados Unidos, y el centro de energía importante más cercano para el vecino país luego de las Cataratas del Niágara. No hay que olvidar que desde hace más de 20 años, el imperio del norte busca afanosamente lugares alternativos de energía hidráulica y eólica, con el interés de tener reservas que les permitan subsistir. El cañón del Sumidero en Chiapas está considerado como parte del objetivo norteamericano.


Aunque también Chiapas representa una de las potencias en cuanto al narcotráfico, prostitución, tráfico de personas y de órganos a nivel internacional, en este caso llama la atención que el gobierno mexicano actualmente esté tratando de militarizar el país y que hasta el momento se niegue llevar a cabo un operativo conjunto para luchar en contra de la presencia en Chiapas de mafias identificadas a la “Mara Salvatrucha”, así como a los grupos paramilitares de Colombia denominados los “Z-13”. El aumento de indocumentados en ese estado ha motivado el crecimiento de la inseguridad y el incremento en la delincuencia. No es mera casualidad que en la entidad opere el EZLN y con él la impunidad, que niega la entrada de fuerzas federales a zonas donde el control de este grupo paramilitar permite el aumento de tendencias delictivas, sobre todo en lugares controlados por Marcos y que se han declarado en autonomía.

Vemos entonces que el mapa de la guerrilla representa, sin duda, una opción para el crecimiento de la delincuencia; un análisis que demuestra una de las posibilidades más cercanas en cuanto a la identificación de este tipo de agrupaciones con delincuentes organizados, los cuales tienen tratados de protección mutua.

Guerrero es otro de los ejemplos a seguir a partir de la definición del mapa del narcotráfico, es decir, en la zona caliente la operación del EPR ha dejado una estela de terror a decir de los diversos medios informativos, ya que se asegura en Atoyac de Álvarez que la guerrilla ha tomado uno de los papeles importantes en el tráfico de estupefacientes y el control de la prostitución, paso de indocumentados y armas, quizás, como se ha dicho, pudiera ser una estrategia que el gobierno utiliza para manchar la trayectoria de grupos que dicen luchar por el interés y voluntad del pueblo, aunque no deja de llamar la atención que en zonas claramente identificadas el EPR, entre otros grupos, tengan operaciones cuando en ellas se viven verdaderos focos de violencia y terror propiciados por el narcotráfico.

Michoacán, sin duda, es otro de los lugares considerados por el Ejército mexicano como una de las entidades donde con mayor fuerza se afianzó el narcotráfico, y es a partir de hace 6 años uno de los estados desde donde el EPR opera como parte de la estrategia de la Guerra Popular Prolongada, una duda que sigue siendo uno de los misterios del surgimiento de grupos guerrilleros en el país, si estos surgen al amparo del narcotráfico o las actividades ilícitas del tráfico de estupefacientes se respaldan en la lucha armada, una pregunta que se pierde en los diversos velos que existen en el sistema político mexicano.

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