Miércoles 9 de noviembre de 2016.
LOS ÁNGELES, California.- La noche del triunfo electoral de Donald Trump en las presidenciales, los californianos aprobaron en las urnas la legalización de la marihuana con fines recreativos, una decisión que anticipa un ‘boom’ económico que podría replicarse en el resto del país.
Además de California, Massachusetts y Nevada también autorizaron el consumo del cannabis, mientras que en Maine, con el 90% del escrutinio realizado, aún es pronto para saber cuál será el resultado final. En Arizona, los electores dijeron 'no' al uso recreativo de esta droga que se podrá seguir utilizando con prescripción médica.
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Florida, Arkansas, Montana y Dakota del Norte dieron su visto bueno al cannabis para uso medicinal.
Tras los comicios del martes (y a falta de saber lo que pasa en Maine) ya son siete los estados donde la marihuana pasa a tener un estatus similar al del tabaco o el alcohol (California, Massachussetts, Nevada, Colorado, Alaska, Oregon y Washington), además de en Washington DC, mientras que en otros 29 está permitido su empleo con fines terapéuticos.
El impacto económico de la marihuana
La propuesta 64 aprobada en las urnas permitirá a los californianos mayores de 21 años poseer, transportar y comprar 28.5 gramos de marihuana para usarla con fines recreacionales. La sustancia será gravada con impuestos, como ocurre con el tabaco y el alcohol.
De acuerdo con los proponentes de esa enmienda, los gobiernos municipales y el estado recaudarán más de 1,000 millones de dólares en impuestos por la comercialización de esa hierba, suma que se destinaría a programas para la prevención, tratamientos contra las drogas y para las policías.
“Se creará un efecto dominó en todo el país, porque su legislación está muy detallada, se aprendió de las experiencias de Washington y Colorado, y cuando otros estados vean que el cielo no se cayó, que hubo un ‘boom’ económico, que los ingresos van a la educación pública y que se apoya a la seguridad pública, la gente dirá: ‘¡Qué hemos hecho todos estos años!’”, dijo Stephen Downing, antiguo subjefe de la Policía de Los Ángeles (LAPD) y dirigente del grupo Agentes del Orden Contra la Prohibición ( LEAP).
Los que defendieron la legalización argumentaron que al 'normalizar' el consumo de la 'maría' se reducirán los costes del sistema de justicia, el hacinamiento en las cárceles, la violencia entre los grupos de narcotraficantes y los arrestos desproporcionados de minorías.
“El consumo de la marihuana, como el de todas las drogas ilícitas, es casi igual en todas las razas, excepto que la población afroamericana es arrestada en una tasa cuatro veces mayor que la gente blanca”, dijo Downing.
Un análisis de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) encontró que las detenciones hechas por posesión de marihuana representan más de la mitad de todas las aprehensiones relacionadas con drogas en EEUU. De los 8.2 millones de arrestos hechos por el cannabis entre 2001 y 2010, el 88% fueron simplemente por portación de la hierba. En todo el país, los datos de arrestos revelaron una tendencia consistente de sesgos raciales significativos.
Para Downing, quien era el encargado de la unidad antinarcóticos del LAPD cuando el entonces presidente Richard Nixon (1969 - 1974) declaró la guerra contra las drogas, señaló que con las nuevas medidas se puede dar el golpe más duro contra el crimen organizado. “La marihuana representa el 50% de los ingresos de los carteles”, indicó.
Presuntos efectos negativos
Los opositores de la propuesta 64 creen que la regulación del cannabis en California supone un riesgo para la seguridad en las carreteras, para la salud, a la vez que facilita que más jóvenes se inicien en el consumo de la hierba y supondría un peso más al cargado sistema judicial del estado.
Un reciente análisis del Instituto Cato encontró poca evidencia de que la legalización de la marihuana aumentó los índices de criminalidad o en los accidentes en las carreteras en los estados donde está autorizado el uso recreativo del cannabis.
La medida, advierten, también permite los anuncios en televisión que verían los niños promoviendo no solo fumar, sino poder consumir caramelos y panecillos de chocolate elaborados con marihuana.
A pesar de la decisión de los votantes, el consumo de la marihuana seguirá siendo ilegal a nivel federal, pero se anticipa que eso cambie paulatinamente. “Habrá tanta presión contra el gobierno federal que la marihuana dejará de ser considerada una prioridad”, dijo Downing.
Experiencias de legalización
Actualmente es legal consumir la hierba por ocio en cuatro estados y en el Distrito de Columbia. En Colorado y Washington la aprobaron en 2012, mientras que en Alaska y Oregon se aceptó en 2014.
De ahora en adelante, la marihuana para uso medicinal, distribuida a través de dispensarios, se permite en 29 estados del país. California, que lo estableció desde 1996, fue el pionero.
De acuerdo con un análisis del Marijuana Policy Group, en Colorado la industria del cannabis generó más de 18,000 empleos de tiempo completo en 2015 y aportó casi 2,400 millones de dólares a las arcas de esa entidad.
Washington, por su parte, ha recaudado cerca de 70 millones de dólares en impuestos relacionados con la marihuana (medicinal y recreativa) y anticipaba recibir más de mil millones de dólares en un período de cuatro años, de acuerdo con informacón del portal Bloomberg.
Lo curioso es que en California algunos críticos son los encargados de dispensarios que venden cannabis con fines medicinales, al considerar que cuando se cultiva por recreación hay menos regulaciones. “Sus plantíos tienen la máxima potencia”, dijo Larry King, un consultante de Long Beach.
Para Yamileth Bolaños, una costarricense que es fundadora de la Alianza de Colectivos del área de Los Ángeles (GLACA), al limitar la portación de apenas dos onzas de la hierba y solo conceder una ofensa antes de un arresto, no se reduciría la tasa de encarcelamiento de las minorías.
“Los latinos y las personas de raza negra seguirán yendo a la cárcel. Nada va a cambiar”, advirtió.
Con información: Univisión
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