Juan José Díaz Bermúdez/Análisis
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Ningún movimiento revolucionario armado anuncia las acciones que van a llevar a cabo, por lo regular actúan de manera sorpresiva, buscando puntos neurálgicos al amparo de la clandestinidad para ejecutar golpes determinantes al Estado, causando bajas a las fuerzas policíacas y castrenses, generando el desconcierto entre la población al diezmar el poder de la ley y de las instituciones encargadas de la seguridad.
Todo parece indicar que el manifiesto que el denominado Frente Armado del Sur lanzó, no es más que un ardid mediático a propósito del conflicto post- electoral que hasta hoy había vivido México, luego de las elecciones del uno de julio, tras la impugnación que la coalición de la izquierda promovió ante el Tribunal Federal Electoral.
Quienes dicen pertenecer al Frente Armado del Sur, califican en su primer comunicado enviado el veinte y nueve de agosto de dos mil doce, de gran traición del poder fáctico en contra de nuestra República Mexicana, ante la nefasta actuación de unas instituciones serviles al proceso neoliberal nuevamente impuesto en la persona de un títere, manejado por los intereses de quienes durante años han hundido en la pobreza a la gran mayoría de hermanos mexicanos, y ante el total cinismo de quienes llevan en sus manos las riendas de nuestro país, hoy hacemos un llamado a todas las fuerzas revolucionarias de México para actuar por la vía armada en contra de esta grave descomposición y depredación en nuestro país. Es lo que dicen, usando un lenguaje posiblemente revolucionario sin detenerse a analizar sus consecuencias, debido a que México históricamente no está preparado para un levantamiento armado.
A través de esta misiva critican a las instituciones y diseñan un lenguaje cuasi revolucionario al insinuar que la pobreza en la que viven diferentes sectores de México y el cinismo de quienes llevan las riendas del país, son pruebas contundentes o necesarias para levantarse en armas. Los miembros del Frente Armado del Sur, no justifican históricamente su llamado y basan su dialéctica en actitudes ya observadas por otros grupos armados existentes, sin embargo el FAS por sus siglas, no definen en si cual es su objetivo político militar y sus bases sociales para exigir un levantamiento de las masas populares en armas. La actuación de la vía armada en contra de esta grave descomposición social y depredación de nuestro país, no es suficiente para exigir a todo un pueblo que ofrezcan sus vidas por una causa que no pesa más allá de la simple óptica político militar, es decir, la vía armada no vale cuando hay caminos jurídicos que alcanzar y acciones legales que agotar. No puede un grupo sea quién sea, ofrecer la vida de jóvenes y la sangre de sus mártires para saciar caprichos personales, sin embargo el FAS exhibe una petición descabellada que el marco de una lucha electoral iniciada por la izquierda mexicana. No puede concebirse un grupo que anteponga la visceralidad antes que el cerebro.
El FAS de manera ilógica considera que la vía pacifica no resuelve en nada lo que ha estado ocurriendo durante este tiempo-suponemos que se refieren al conflicto post-electoral-. Hablan de manipulación de la ley, que las instituciones están asentadas sobre la podredumbre y la corrupción. Consideran que no hay futuro para las próximas generaciones. Argumentan actitudes y valoran a destiempo lo que otras organizaciones guerrilleras han hecho. Revive una y otra vez su posición antagónica y declaran la guerra al gobierno al que califican maniatado y traidor. El FAS trata de encontrar el hilo negro en la oscuridad pero no aporta pruebas reales de que su posición sea real y verdadera, que se busque en realidad el inició de una revolución cuando en Oaxaca en el 2006 por experiencia se pudo constatar que no todos los que se dicen revolucionarios tienen la ideología para ofrecerse al pueblo.
Para finalizar puntualizan que todos saben quienes son los traidores y que el enemigo está en casa.
Todo hace entender que este grupo es una organización mediática y que incluso pudiera ser simple maniobra de unos cuantos que trataron de impactar en la opinión pública en el marco de las actividades que venían teniendo los miembros del TFE. Es decir, algún grupo de cualquier partido de izquierda manipuló y creó este supuesto frente armado que insisto, trata de generar incertidumbre y promover el supuesto que en México hay insurgencia que respaldaría cualquier acción de la izquierda que actualmente impugna la elección presidencial del uno de julio.
Al parecer este grupo auto denominado Frente Armado del Sur, trata de generar una supuesta revolución o guerra contra el Estado mexicano desde los medios, es una guerra de papel que difícilmente podría traducirse hacía el campo de la acción. Este grupo si hubiera querido declarar la guerra, debió primero actuar para después justificar o reivindicar los actos revolucionarios a través de acciones contundentes que demostraran energía, el anunciar los hace blanco de las agencias anti guerrilleras y anti terroristas que el Estado tiene. El darse a conocer solo demuestra la torpeza de hablar antes de actuar, por lo que es difícil creer que sea un grupo serio, todo hace indicar que es una vacilada revolucionaria. ¡Claro!, si los hechos no demuestran otra cosa.
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Ningún movimiento revolucionario armado anuncia las acciones que van a llevar a cabo, por lo regular actúan de manera sorpresiva, buscando puntos neurálgicos al amparo de la clandestinidad para ejecutar golpes determinantes al Estado, causando bajas a las fuerzas policíacas y castrenses, generando el desconcierto entre la población al diezmar el poder de la ley y de las instituciones encargadas de la seguridad.
Todo parece indicar que el manifiesto que el denominado Frente Armado del Sur lanzó, no es más que un ardid mediático a propósito del conflicto post- electoral que hasta hoy había vivido México, luego de las elecciones del uno de julio, tras la impugnación que la coalición de la izquierda promovió ante el Tribunal Federal Electoral.
Quienes dicen pertenecer al Frente Armado del Sur, califican en su primer comunicado enviado el veinte y nueve de agosto de dos mil doce, de gran traición del poder fáctico en contra de nuestra República Mexicana, ante la nefasta actuación de unas instituciones serviles al proceso neoliberal nuevamente impuesto en la persona de un títere, manejado por los intereses de quienes durante años han hundido en la pobreza a la gran mayoría de hermanos mexicanos, y ante el total cinismo de quienes llevan en sus manos las riendas de nuestro país, hoy hacemos un llamado a todas las fuerzas revolucionarias de México para actuar por la vía armada en contra de esta grave descomposición y depredación en nuestro país. Es lo que dicen, usando un lenguaje posiblemente revolucionario sin detenerse a analizar sus consecuencias, debido a que México históricamente no está preparado para un levantamiento armado.
A través de esta misiva critican a las instituciones y diseñan un lenguaje cuasi revolucionario al insinuar que la pobreza en la que viven diferentes sectores de México y el cinismo de quienes llevan las riendas del país, son pruebas contundentes o necesarias para levantarse en armas. Los miembros del Frente Armado del Sur, no justifican históricamente su llamado y basan su dialéctica en actitudes ya observadas por otros grupos armados existentes, sin embargo el FAS por sus siglas, no definen en si cual es su objetivo político militar y sus bases sociales para exigir un levantamiento de las masas populares en armas. La actuación de la vía armada en contra de esta grave descomposición social y depredación de nuestro país, no es suficiente para exigir a todo un pueblo que ofrezcan sus vidas por una causa que no pesa más allá de la simple óptica político militar, es decir, la vía armada no vale cuando hay caminos jurídicos que alcanzar y acciones legales que agotar. No puede un grupo sea quién sea, ofrecer la vida de jóvenes y la sangre de sus mártires para saciar caprichos personales, sin embargo el FAS exhibe una petición descabellada que el marco de una lucha electoral iniciada por la izquierda mexicana. No puede concebirse un grupo que anteponga la visceralidad antes que el cerebro.
El FAS de manera ilógica considera que la vía pacifica no resuelve en nada lo que ha estado ocurriendo durante este tiempo-suponemos que se refieren al conflicto post-electoral-. Hablan de manipulación de la ley, que las instituciones están asentadas sobre la podredumbre y la corrupción. Consideran que no hay futuro para las próximas generaciones. Argumentan actitudes y valoran a destiempo lo que otras organizaciones guerrilleras han hecho. Revive una y otra vez su posición antagónica y declaran la guerra al gobierno al que califican maniatado y traidor. El FAS trata de encontrar el hilo negro en la oscuridad pero no aporta pruebas reales de que su posición sea real y verdadera, que se busque en realidad el inició de una revolución cuando en Oaxaca en el 2006 por experiencia se pudo constatar que no todos los que se dicen revolucionarios tienen la ideología para ofrecerse al pueblo.
Para finalizar puntualizan que todos saben quienes son los traidores y que el enemigo está en casa.
Todo hace entender que este grupo es una organización mediática y que incluso pudiera ser simple maniobra de unos cuantos que trataron de impactar en la opinión pública en el marco de las actividades que venían teniendo los miembros del TFE. Es decir, algún grupo de cualquier partido de izquierda manipuló y creó este supuesto frente armado que insisto, trata de generar incertidumbre y promover el supuesto que en México hay insurgencia que respaldaría cualquier acción de la izquierda que actualmente impugna la elección presidencial del uno de julio.
Al parecer este grupo auto denominado Frente Armado del Sur, trata de generar una supuesta revolución o guerra contra el Estado mexicano desde los medios, es una guerra de papel que difícilmente podría traducirse hacía el campo de la acción. Este grupo si hubiera querido declarar la guerra, debió primero actuar para después justificar o reivindicar los actos revolucionarios a través de acciones contundentes que demostraran energía, el anunciar los hace blanco de las agencias anti guerrilleras y anti terroristas que el Estado tiene. El darse a conocer solo demuestra la torpeza de hablar antes de actuar, por lo que es difícil creer que sea un grupo serio, todo hace indicar que es una vacilada revolucionaria. ¡Claro!, si los hechos no demuestran otra cosa.