Juan José Díaz Bermúdez
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Andrés Manuel López Obrador es predecible. Ya se sabía que pediría voto por voto, el recuento de casillas, que urgiría de la invalidez de las elecciones, que mentiría, que usaría a sus seguidores que más bien parecen una secta, para demandar la nulidad de las elecciones. También se sabe que seguirá mintiendo, al asegurar que su movimiento es pacifico cuando en la primera de cambio se enfrentarán a la policía en cualquier parte del país para tener una bandera de sangre que le permita alzarse como el caudillo mesiánico que sigue siendo. López Obrador es un peligro para México y la democracia y lo más angustiante es que nuestra patria se encamina a un país dividido y enfrentado por un sedicente político de izquierda que no sabe perder y cuando pierde quiere arrebatar.
El falso demócrata de López Obrador insiste en violentar a México, ofendiendo sus instituciones y poniendo en entredicho el sistema electoral, el mismo que le ha dado el triunfo en Morelos, Tabasco y el Distrito Federal, es decir para la izquierda intolerante cuando ellos ganan si hubovoto libre, no se compraron sufragios y fue totalmente limpia, la contradicción del mesianismo.
Miope y con antecedentes violentos el Mesías de la izquierda, provoca manifestaciones y pone en práctica la experiencia que retomaron del ensayo de revuelta popular que en el 2006 llevaron a cabo en Oaxaca a través de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca ( APPO), donde según denuncias hechas posterior al conflicto, López Obrador a través del gobierno del Distrito Federal enviaba recursos para pagar mercenarios que se alquilaban para causar daños a terceros y a las instituciones del gobierno de Oaxaca.
La izquierda en México usando el viejo adagio bolchevique, que dice que una mentira repetida miles de veces se convierte en una gran verdad, pretende inducir a sus seguidores que más bien es una secta en la que adoran a un Mesías trastornado, a enfrentar a las instituciones. López Obrador ya amenazó con ir contra las autoridades si hay impunidad; a que impunidad se referirá el señor López, a la impunidad con la que el miente o a la impunidad con la que empuja a jóvenes inexpertos a enfrentarse contra la sociedad mexicana. Sin olvidarnos de la impunidad con la que convoca al odio en contra de empresarios y comercios como el caso Soriana, donde ya invitó a boicotear a esa tienda de autoservicio.
La falta de calidad moral de López Obrador es clara, sin embargo hay que aclarar que no es para aplaudirse el regreso del PRI a la Presidencia de la república porque es un partido con más errores que aciertos, pero en la democracia se gana por un voto y si ese voto decide el triunfo se tiene que respetar y someterse a la decisión de ese solo voto porque así lo quiso el pueblo. En el caso de México son más de 3 millones de votos la diferencia, irrevocable querer ganar cuando más de 3 millones votaron en tu contra, más de tres millones que dijeron no a la intolerancia, a la mentira, a la insensatez, a la violencia, a la locura, al mesianismo, ha proyectos sin sentido que llevarían a México a la parálisis económica, el respeto a esos votantes debe de ser una prioridad para el Tribunal Federal Electoral.
Las acusaciones de López Obrador no tienen sentido, carecen de veracidad y rayan en la locura, sin embargo habría que preguntarse al final de todo, ¿a quién sirve López Obrador?, ¿para quién trabaja en estos momentos?
El único que se está beneficiando de todo esto es Felipe Calderón Hinojosa que se irá con toda la tranquilidad del mundo mientras su Mesías destruye a México y todos los medios se encargan de darle difusión a las mentiras, calumnias y difamaciones que el empleado del Partido Acción Nacional hace. López Obrador es un peón de Calderón porque construye una cortina de humo para que todos nos olvidemos de lo que deja Calderón en México.
El PAN deja más de 60 mil muertos y cerca de 45 mil desaparecidos. Gasolinazos, más de tres millones de desempleados y una economía que no crecerá pese a los anuncios sugestivos que se dice hay sobre nuestra vituperada dependencia de los Estados Unidos.
El peón de Calderón ya se olvidó de todo esto, insiste en crear esa cortina de humo argumentando su triunfo, el y quienes lo siguen entienden que el juego es desviar los ojos del pueblo de la tragedia nacional que el PAN deja en nuestro México. Sin embargo nadie parará el circo, maroma y teatro porque así esta escrito y así fue convenido incluso por Enrique Peña Nieto.
Al final seguimos inmersos en el juego y la mentira; en el circo, maroma y teatro que el sistema organiza.
López Obrador es un comediante
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Andrés Manuel López Obrador es predecible. Ya se sabía que pediría voto por voto, el recuento de casillas, que urgiría de la invalidez de las elecciones, que mentiría, que usaría a sus seguidores que más bien parecen una secta, para demandar la nulidad de las elecciones. También se sabe que seguirá mintiendo, al asegurar que su movimiento es pacifico cuando en la primera de cambio se enfrentarán a la policía en cualquier parte del país para tener una bandera de sangre que le permita alzarse como el caudillo mesiánico que sigue siendo. López Obrador es un peligro para México y la democracia y lo más angustiante es que nuestra patria se encamina a un país dividido y enfrentado por un sedicente político de izquierda que no sabe perder y cuando pierde quiere arrebatar.
El falso demócrata de López Obrador insiste en violentar a México, ofendiendo sus instituciones y poniendo en entredicho el sistema electoral, el mismo que le ha dado el triunfo en Morelos, Tabasco y el Distrito Federal, es decir para la izquierda intolerante cuando ellos ganan si hubovoto libre, no se compraron sufragios y fue totalmente limpia, la contradicción del mesianismo.
Miope y con antecedentes violentos el Mesías de la izquierda, provoca manifestaciones y pone en práctica la experiencia que retomaron del ensayo de revuelta popular que en el 2006 llevaron a cabo en Oaxaca a través de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca ( APPO), donde según denuncias hechas posterior al conflicto, López Obrador a través del gobierno del Distrito Federal enviaba recursos para pagar mercenarios que se alquilaban para causar daños a terceros y a las instituciones del gobierno de Oaxaca.
La izquierda en México usando el viejo adagio bolchevique, que dice que una mentira repetida miles de veces se convierte en una gran verdad, pretende inducir a sus seguidores que más bien es una secta en la que adoran a un Mesías trastornado, a enfrentar a las instituciones. López Obrador ya amenazó con ir contra las autoridades si hay impunidad; a que impunidad se referirá el señor López, a la impunidad con la que el miente o a la impunidad con la que empuja a jóvenes inexpertos a enfrentarse contra la sociedad mexicana. Sin olvidarnos de la impunidad con la que convoca al odio en contra de empresarios y comercios como el caso Soriana, donde ya invitó a boicotear a esa tienda de autoservicio.
La falta de calidad moral de López Obrador es clara, sin embargo hay que aclarar que no es para aplaudirse el regreso del PRI a la Presidencia de la república porque es un partido con más errores que aciertos, pero en la democracia se gana por un voto y si ese voto decide el triunfo se tiene que respetar y someterse a la decisión de ese solo voto porque así lo quiso el pueblo. En el caso de México son más de 3 millones de votos la diferencia, irrevocable querer ganar cuando más de 3 millones votaron en tu contra, más de tres millones que dijeron no a la intolerancia, a la mentira, a la insensatez, a la violencia, a la locura, al mesianismo, ha proyectos sin sentido que llevarían a México a la parálisis económica, el respeto a esos votantes debe de ser una prioridad para el Tribunal Federal Electoral.
Las acusaciones de López Obrador no tienen sentido, carecen de veracidad y rayan en la locura, sin embargo habría que preguntarse al final de todo, ¿a quién sirve López Obrador?, ¿para quién trabaja en estos momentos?
El único que se está beneficiando de todo esto es Felipe Calderón Hinojosa que se irá con toda la tranquilidad del mundo mientras su Mesías destruye a México y todos los medios se encargan de darle difusión a las mentiras, calumnias y difamaciones que el empleado del Partido Acción Nacional hace. López Obrador es un peón de Calderón porque construye una cortina de humo para que todos nos olvidemos de lo que deja Calderón en México.
El PAN deja más de 60 mil muertos y cerca de 45 mil desaparecidos. Gasolinazos, más de tres millones de desempleados y una economía que no crecerá pese a los anuncios sugestivos que se dice hay sobre nuestra vituperada dependencia de los Estados Unidos.
El peón de Calderón ya se olvidó de todo esto, insiste en crear esa cortina de humo argumentando su triunfo, el y quienes lo siguen entienden que el juego es desviar los ojos del pueblo de la tragedia nacional que el PAN deja en nuestro México. Sin embargo nadie parará el circo, maroma y teatro porque así esta escrito y así fue convenido incluso por Enrique Peña Nieto.
Al final seguimos inmersos en el juego y la mentira; en el circo, maroma y teatro que el sistema organiza.
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