EL FISGÓN

Juan José Díaz Bermúdez

Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Para quienes viven en su mundo de no pasa nada, esferas de fantasía donde no llega ni la violencia, el desempleo, el hambre, la desesperanza, la incertidumbre de vivir en un país que se sostiene con alfileres, la angustia de no contar con un empleo o alimentos, habría que decirles que será muy difícil rescatar a nuestra patria ensangrentada sumida en la desesperación, al borde de un estallido social, por la falta de visión de gobernantes que como Felipe Calderón del Partido Acción Nacional, perdió el piso y la visión de gobernar con justicia social.
Las clases sociales bajas cargan sobre sus hombros a raleas de élite formada por políticos, diputados y gobernantes, que desde sus partidos políticos han perdido el enfoque real de un país que no puede más, donde los que menos tienen han llegado a su limite, si no se hace nada, podríamos en México vivir épocas de angustia, desolación, muerte y enfrentamientos violentos para poder llevar el pan a la mesa de las familias de los marginados, lumpen y proletarios que sufren el impacto de no tener trabajo.
Mientras Felipe Calderón se jacta que México es un país seguro, habría que decirle que 50 millones de mexicanos se encuentran en la pobreza extrema, 7 de esos 50 millones, son jóvenes que ni estudian ni trabajan porque no cuentan con el apoyo para ir a una institución educativa o poder encontrar empleo.
Para Calderón la guerra que inició contra el narcotráfico es prioritaria, tanto o más que cumplir con su proyecto de campaña que fue trabajo para los mexicanos.
No solamente falta trabajo en México, además las pocas, empresas que existen están en peligro de desaparecer por falta de liquidez, porque hay lugares donde aún con la inversión privada no hay quién compre porque no hay dinero, llegamos a una ausencia de liquidez tan grave que no hay dinero ni inversiones, el hambre azota a pueblos y la migración dejó poblaciones fantasmas. Los hombres son esperados por las mujeres, algunos ya no regresarán porque han muerto en el camino.
A pesar de las mentiras que los gobiernos afines a Felipe Calderón como el de Oaxaca difunden, la verdad es otra, solo quienes viven en el pueblo, conviven con el proletariado y viven en condiciones incluso infrahumanas, saben que desde 2007 a la fecha, México inició una caída de la que no se recuperará en varias décadas, resultado claro está, de la carencia de un gobierno imprudente, el mismo que privilegió la guerra que la paz.
Aunque no solo Calderón tiene la culpa. También son culpables aquellos que no han dicho nada, esos diputados, senadores y gobernadores de todos los partidos políticos que han callado, los mismos que han permitido que el ejército mexicano haya salido a las calles a cometer crímenes en nombre de la paz.
Son responsables partidos como el PRI, PRD, PT, Convergencia y sobre todo el PAN, que callaron, que no se inmutaron cuando México se comenzó a teñir de sangre, cuando se llegó a una cifra de más de 50 mil muertos resultado de ejecuciones, venganzas y sobre todo daños colaterales que fueron aplaudidos por secretarios como Saínes, que incluso hoy criminaliza las actividades de las organizaciones no gubernamentales que luchan por los derechos humanos.
El Almirante Saínes, sin vergüenza alguna y sin que nadie lo señalará ni enfrentará, tal vez porque es comandante del grupo más sanguinarios como son los marinos armados, incluso respaldado por Felipe Calderón, acusó a las Organizaciones no Gubernamentales prácticamente de estar coludidos con el crimen organizado, a ese grado se ha llegado en México. No les bastó que una gran parte de la población hoy sean delatores, por miedo o por dinero, además criminalizan la lucha social. ¿A donde llegaremos?, no tarda que las garantías individuales pasen a ser historia.
Sicilia pidió justicia con dignidad. La voz popular le dice a los diputados y senadores… Señores legisladores y todos aquellos de partidos políticos, ¡ya dejen de hacerse pendejos y llamen a cuentas a Felipe Calderón! Ha llevado a México a una tragedia. No solo hay 50 mil muertos, además una sociedad que se desborona, sin dinero, sin inversiones al borde de una lucha social.

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