MÉXICO ANTE EL MILITARISMO DE LA DERECHA
archivo 7 de mayo de 2007
El absurdo de incluir al ejército mexicano en “la guerra contra el narcotráfico”, pone en entredicho la intención que pudiera tener Felipe Calderón Hinojosa para “luchar contra los enemigos de la patria”, como ha calificado a los miembros de los diversos cárteles que operan en territorio mexicano. La duda asalta y es cada día más acentuada, de como el instituto armado participa en una lucha que corresponde a las diversas corporaciones policíacas, los resultados son hoy una descarada represión contra la población civil, sin que hasta hoy alguien haya levantado el dedo para exigir un alto a las acciones militares en contra de la población civil.
Calderón trata de seguir engañando a los mexicanos, con el pretexto de una lucha policíaca se ha militarizado el país. Ya se había apuntado al inicio de estas acciones, que véase por donde se vea es un error político, económico y social, como se ha comenzado a definir. Michoacán es el ejemplo de protestas, pero así como en Michoacán, hay miles de denuncias en Tabasco, Monterrey, Veracruz, Chiapas, Guerrero, en todos y cada uno de los estados en donde el militarismo de Calderón ha llegado.
El sur del país, que por cierto se pintó de amarillo durante las elecciones a presidente de la república, no hay que olvidar que la gran mayoría en esta zona votó por Andrés Manuel López Obrador, precisamente son estados donde hubo una gran afluencia de votos a favor del Partido de la Revolución Democrática (PRD) donde de manera sospechosa aparecen columnas militares, y hacen una labor de inteligencia para ubicar a líderes sociales y políticos de oposición.
Son mensajes ciertos, se nota el interés que Calderón tiene, legitimarse a través del miedo y la zozobra, igual como lo hiciera Jorge Walter Bush en los Estados Unidos. Recordemos que el primer policía del mundo llegó en tiempos inciertos y que existía sobre él el fantasma de lo ilegítimo, tuvo que venir el ataque del 11 de septiembre de 2001, que sigue sin aclararse al cien por ciento, para fomentar en su administración la política militarista, la fobia hacia todo lo que pudiera representar terrorismo para que pudiera gobernar a sus anchas y honrar así su presencia en la presidencia de ese país.
¿Es lo mismo que sucede en México en estos momentos? Hay polémica por lo que pudiera representar la militarización de México a través de un partido que como Acción Nacional, ha sido representante fiel de la derecha en México, y con una amplia influencia en los movimientos ultra derechistas en Latinoamérica. Tenemos a un Vicente Fox que como presidente en funciones fue de lo más inoperante que ha tenido México desde sus inicios como país independiente, esbirro de los Estados Unidos, cachorro del sistema, como lo ha calificado Hugo Chávez, presidente de Venezuela.
Lo que vive México es una colombianización que fue anunciada y que está siendo impulsada, según denuncias, por los objetivos que persigue un partido que como el PAN, ya probó el poder y será difícil que lo deje. El comunicado enviado por el Ejército Popular Revolucionario con fecha 27 de abril, pone al descubierto desde otro punto de vista, el proceder de Calderón, a quien gran parte de México lo considera un presidente ilegítimo.
La muerte de militares y policías sigue siendo una interrogante ¿hasta dónde se ha creado un teatro político para seguir fomentado fantasmas y ejecuciones? Lo grave de todo lo que sucede en nuestro país, es que mientras Calderón libra una guerra “contra el narcotráfico”, la clase media y baja pierde poder adquisitivo, los productos de la canasta básica están hoy más alejados de quienes nada tienen, los millones de empleos que prometió el presidente militarista no han llegado y se duda de que aparezcan, la represión aumentó y con ello el peligro de que un pinochetito pudiera estar naciendo en Los Pinos en contra de los movimientos sociales en el país.
La represión sufrida en contra de migrantes mexicanos y latinos en Los Ángeles por parte de neo nazis con uniforme de policía, no logró una sola protesta por parte de Calderón, que se ha centrado únicamente en luchar contra el narcotráfico y se olvidó de que México necesita de políticas económicas y de inversión. Quienes luchan todos los días del otro lado de la frontera no son dignos de que el presidente de México salga en su defensa. Desgraciadamente México va a soportar seis años de un gobierno militarista, represor y narcisista.
archivo 7 de mayo de 2007
El absurdo de incluir al ejército mexicano en “la guerra contra el narcotráfico”, pone en entredicho la intención que pudiera tener Felipe Calderón Hinojosa para “luchar contra los enemigos de la patria”, como ha calificado a los miembros de los diversos cárteles que operan en territorio mexicano. La duda asalta y es cada día más acentuada, de como el instituto armado participa en una lucha que corresponde a las diversas corporaciones policíacas, los resultados son hoy una descarada represión contra la población civil, sin que hasta hoy alguien haya levantado el dedo para exigir un alto a las acciones militares en contra de la población civil.
Calderón trata de seguir engañando a los mexicanos, con el pretexto de una lucha policíaca se ha militarizado el país. Ya se había apuntado al inicio de estas acciones, que véase por donde se vea es un error político, económico y social, como se ha comenzado a definir. Michoacán es el ejemplo de protestas, pero así como en Michoacán, hay miles de denuncias en Tabasco, Monterrey, Veracruz, Chiapas, Guerrero, en todos y cada uno de los estados en donde el militarismo de Calderón ha llegado.
El sur del país, que por cierto se pintó de amarillo durante las elecciones a presidente de la república, no hay que olvidar que la gran mayoría en esta zona votó por Andrés Manuel López Obrador, precisamente son estados donde hubo una gran afluencia de votos a favor del Partido de la Revolución Democrática (PRD) donde de manera sospechosa aparecen columnas militares, y hacen una labor de inteligencia para ubicar a líderes sociales y políticos de oposición.
Son mensajes ciertos, se nota el interés que Calderón tiene, legitimarse a través del miedo y la zozobra, igual como lo hiciera Jorge Walter Bush en los Estados Unidos. Recordemos que el primer policía del mundo llegó en tiempos inciertos y que existía sobre él el fantasma de lo ilegítimo, tuvo que venir el ataque del 11 de septiembre de 2001, que sigue sin aclararse al cien por ciento, para fomentar en su administración la política militarista, la fobia hacia todo lo que pudiera representar terrorismo para que pudiera gobernar a sus anchas y honrar así su presencia en la presidencia de ese país.
¿Es lo mismo que sucede en México en estos momentos? Hay polémica por lo que pudiera representar la militarización de México a través de un partido que como Acción Nacional, ha sido representante fiel de la derecha en México, y con una amplia influencia en los movimientos ultra derechistas en Latinoamérica. Tenemos a un Vicente Fox que como presidente en funciones fue de lo más inoperante que ha tenido México desde sus inicios como país independiente, esbirro de los Estados Unidos, cachorro del sistema, como lo ha calificado Hugo Chávez, presidente de Venezuela.
Lo que vive México es una colombianización que fue anunciada y que está siendo impulsada, según denuncias, por los objetivos que persigue un partido que como el PAN, ya probó el poder y será difícil que lo deje. El comunicado enviado por el Ejército Popular Revolucionario con fecha 27 de abril, pone al descubierto desde otro punto de vista, el proceder de Calderón, a quien gran parte de México lo considera un presidente ilegítimo.
La muerte de militares y policías sigue siendo una interrogante ¿hasta dónde se ha creado un teatro político para seguir fomentado fantasmas y ejecuciones? Lo grave de todo lo que sucede en nuestro país, es que mientras Calderón libra una guerra “contra el narcotráfico”, la clase media y baja pierde poder adquisitivo, los productos de la canasta básica están hoy más alejados de quienes nada tienen, los millones de empleos que prometió el presidente militarista no han llegado y se duda de que aparezcan, la represión aumentó y con ello el peligro de que un pinochetito pudiera estar naciendo en Los Pinos en contra de los movimientos sociales en el país.
La represión sufrida en contra de migrantes mexicanos y latinos en Los Ángeles por parte de neo nazis con uniforme de policía, no logró una sola protesta por parte de Calderón, que se ha centrado únicamente en luchar contra el narcotráfico y se olvidó de que México necesita de políticas económicas y de inversión. Quienes luchan todos los días del otro lado de la frontera no son dignos de que el presidente de México salga en su defensa. Desgraciadamente México va a soportar seis años de un gobierno militarista, represor y narcisista.