¿Miente el EPR?

¿EL EPR IMPLEMENTA SU PROPAGANDA
REVOLUCIONARIA MINTIENDO?
Juan José Díaz Bermúdez
(Análisis)


El mejor pretexto para iniciar acciones de hostigamiento en contra del gobierno federal y estatal (en este caso el de Oaxaca), por parte del autodenominado Ejército Popular Revolucionario (EPR), fue el argumento que dos de sus compañeros pudieran estar desaparecidos ¿hasta dónde es cierta esta versión?. Lo anterior les sirvió y serviría de escudo a sus ataques programados en contra de instalaciones prioritarias para la economía del país, como es PEMEX, Comisión Federal de Electricidad(CFE), Teléfonos de México. Es decir, con la alternativa de asegurar que han sido agredidos por el gobierno federal, los miembros del grupo armado, obviamente tendrán el apoyo internacional de organizaciones no gubernamentales y de partidos como el de la Revolución Democrática (PRD), que ha sido uno de los institutos políticos que a nivel nacional ha venido generando pantallas políticas debidamente usadas por organizaciones armadas.

La hipótesis anterior se desprende de la infinidad de acusaciones, lo que hace sospechosa la tesis del EPR en cuanto a que sea verdad lo que desde junio de este año han venido diciendo, en el sentido de que dos de sus combatientes han sido capturados por fuerzas federales. Habría que analizar bien de qué estamos hablando, en caso de que alguna institución de seguridad nacional tuviera en su poder a los señores Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, algo que hasta hoy se ha negado, no sería un secuestro sino una aprehensión que se justifica, tomando en cuenta que los miembros del EPR son sujetos de delitos criminales. En este caso, todo esfuerzo que el gobierno hubiera hecho, se encuentra amparado por la ley, no obstante deberían de presentarlos y exhibir todas las pruebas que tienen en contra del EPR.

Otra de las versiones que corren en el análisis, es el hecho que pudieran estar bajo investigación y que los dos sujetos en cuestión quisieran ser usados por el gobierno federal para obligar al EPR a desistir de sus ataques y acciones en el territorio nacional. Un chantaje que tiene razones sentimentales para Tiburcio Cruz Sánchez, a quien identifican como comandante general del EPR, y cuyo hermano pudiera ser Gabriel Alberto Cruz Sánchez. Esto deja mal parado al gobierno de Calderón, tomando en cuenta que su gobierno estaría jugando con la vida de dos personas para mantenerse tranquilo el resto del sexenio, inverosímil pero que cobra fuerza conforme pasan los meses.

Al analizar los pormenores de todo lo que se dice, en cuanto más pasan los días menos claro se vuelve el presunto secuestro o detención y la posibilidad que los dos eperristas hubieran sido capturados por fuerzas policíacas o militares. Al contrario, surge la sospecha de que fueran actores de su autosecuestro y confinación para permitir que el grupo armado surgiera de las cenizas, al encontrarse por culpa de sus comandantes en franco olvido y desgaste.

Hay cientos de dudas, existen condiciones que obligan a pensar que los dos desaparecidos forman parte de un autosecuestro, dejar correr la versión que se encuentran en separos militares, deja entrever una mentira derivada de una afirmación fantasiosa de que contamos en el país con un Ejército Mexicano indiciplinado, salvaje y llanero, que no respeta tratados internacionales, como el de Ginebra. El sólo pensarlo debería poner a temblar a todos, incluso a los propios eperristas, ya que sería un moustro sediento de sangre en busca de víctimas, y no es así.

La posibilidad que los dos presuntos secuestrados se encuentren en cárceles militares queda en entredicho, si tomamos en cuenta que en caso de que estuvieran bajo control militar, los dos presos ya hubieran (por conveniencia o tortura) declarado quienes son los eperristas, sus dirigentes y sus pertrechos. Y hasta el momento ninguna de las autoridades de seguridad nacional da pie con bola para encontrar a los ya considerados terroristas del EPR, si alguna institución los tuviera se sabría de inmediato qué familias u organizaciones componen el grupo clandestino, y hasta hoy no se ha dado a conocer, mucho menos se les ha detenido.

Otra de las posibilidades que hace dudar de que los miembros del EPR desparecidos hubieran sido plagiados, es el hecho de que los dos eran figuras importantes dentro de la organización ¿Cómo entonces no contaban con muro o sobreescolta?

Edmundo Reyes Amaya, conocido como el comandante “Andrés”, diseñaba estrategias, redactaba comunicados y servía como enlace con organizaciones no gubernamentales. Gabriel Alberto Cruz Sánchez ,segundo al mando del Ejército Popular Revolucionario, conocía de las finanzas y de la infraestructura del grupo armado, al ser hermano de Tiburcio Cruz Sánchez tenía el respeto de los integrantes de la agrupación clandestina.

No estamos hablando de dos personajes desconocidos en su organización, sino de dos oficiales de alto rango, que de alguna manera debieron estar protegidos.

El error que cometió Gabriel Alberto Cruz Sánchez, fue haber participado al interior de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca(APPO), que a su vez, es un organismo manejado por el gobierno federal para infiltrar toda clase de agrupaciones insurgentes y civiles. Por lo menos es uno de los enfoques que se toman a primera vista, luego que de la APPO surgieron los señalamientos para la detención de varios de sus líderes.

La falta de credibilidad del EPR surge de la incertidumbre y la ausencia de confianza en acusar clara y contundentemente a una institución . Iniciaron con Ulises Ruiz Ortiz y la policía estatal de Oaxaca, después fue la Policía Federal Preventiva, más tarde el Ejército Mexicano, el último caso es la Agencia Federal de Investigaciones, osea que no tienen una certeza de quién pudo haber sido el autor de la detención, si es que ésta se hizo. Lo que pone en evidencia los señalamientos que hacen, y deja entrever que el EPR no es el Ejército que pretende ser, al no contar con grupos de inteligencia y análisis para obtener información que deslinde las responsabilidades.

Por dos ocasiones han deslindado al gobierno de Oaxaca, aunque no tarda que vuelvan a acometer en contra del Ejecutivo de este estado; insisten en acusar a Calderón, al Ejército Mexicano y al final todo es un conjunto de hipótesis que muestran la decadencia de esa agrupación.

Por si fuera poco, hoy llaman a un entendimiento, aunque se les olvida que Calderón aseguró que el gobierno de México no pactará con delincuentes, y el EPR ha sido señalado como un grupo terrorista, lo que lo dejaría a un lado de todo camino por la vía del diálogo. Esto suena incongruente debido a que cruzaron el punto sin retorno y ellos lo saben, entienden los guerrilleros que pudiera ser que se encuentren a punto de ser detenidos y exhibidos, eso los obliga a proponer un pacto condicionado que, obviamente, impulsan diputados que han entendido mal la petición de organizaciones nacionales que dicen NO a la delincuencia y violencia. Sin embargo, ésto también dejaría mal parada a una guerrilla que, en sus más de 40 años de lucha, jamás había propuesto sentarse a discutir los problemas, lo que demuestra que el EPR está llegando al ocaso de su existencia, o la otra versión es que pactará una amnistía para salvar a sus dos desparecidos.Después de todo, los dos desaparecidos bien pueden estar, según versiones, protegidos por el mismo EPR u otra de las organizaciones que se han formado, cuyo objetivo sería el de desmembrar al EPR y aniquilarlo.

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